'Nos hacían gritar 'Viva il Duce'
Los españoles detenidos en Génova aseguran a su llegada a España que fueron maltratados por la policía
El relato de los jóvenes manifestantes detenidos en Génova durante la cumbre del G-8 es estremecedor. Palizas, insultos y amenazas fue el trato que aseguran haber recibido de la policía italiana desde el momento en que ésta entró, el sábado, en la escuela que el Foro Social de Génova habilitó para que los manifestantes pasaran la noche. 'Estábamos durmiendo cuando entraron 30 policías. Empezaron a gritarnos, a lanzarnos sillas, a darnos patadas y a pegarnos con palos. Nosotros levantamos las manos pidiendo no violencia, pero no sirvió de nada', relata Rosana Allueva, una chica de Zaragoza de 20 años, detenida durante cuatro días. Para ella lo peor fue la comisaría: 'un infierno'. 'Los policías me hacían gritar 'Viva il Duce' y me llamaban bastarda mientras me pegaban', añade.
Félix Ángel Marcuello, un profesor de inglés de 35 años, cuenta que estaban 'completamente aterrorizados cuando entró la policía en la escuela'. 'Me abrieron la cabeza, mi compañero tenía el codo fuera y todo estaba lleno de sangre'. De ahí les llevaron al hospital de donde les sacaron 'lo antes posible' porque al parecer, la policía presionaba en todo momento para llevárselos al centro de detención. 'A mi compañero se lo llevaron del hospital con una pierna rota sin inmovilizar', añade Marcuello, que tiene 14 puntos en la cabeza y moratones en todo el cuerpo.
P. S. B., zaragozano de 25 años, que ha vuelto de Génova con seis puntos en la pierna, un hombro luxado y dos costillas rotas, manifestó que en el centro de detención permanecieron incomunicados y sin poder realizar ninguna llamada. 'Nos obligaron a desnudarnos, hacer flexiones y a firmar papeles en italiano en los que autorizábamos que no se comunicase nuestra detención al cónsul y renunciábamos a un traductor'. 'Durante dos horas y cuarto nos tuvieron mirando a la pared con las piernas abiertas y los brazos en alto, un compañero no lo aguantó y se lo tuvieron que llevar de nuevo al hospital. El único alimento que recibimos en dos días fue un panecillo, dos galletas y un botellín de agua', continuó el joven.
Marcuello cuenta que cuando llegó al centro de detención se encontró con sus compañeros que 'estaban deshechos'. 'Del centro de detención nos trasladaron a la cárcel de Pavía. Allí respiramos, teníamos una cama para dormir', agregó Félix. Al salir de la cárcel les llevaron ante la juez que declaró que su detención había sido ilegal, pero que serían deportados y que tenían prohibido entrar en Italia durante cinco años por orden de la Fiscalía de Génova.
Allueva, como los demás, llegó al aeropuerto de Madrid con lo puesto: 'Nos quitaron todo: pasaporte, dinero, mochilas. La policía me escoltó hasta el aeropuerto de Milán y allí me dejaron sin un duro para volver a casa. Todo ha sido inhumano. Nos han tratado como animales', afirma.
El testimonio de los detenidos españoles es muy similar al de los otros países europeos. Según la cadena BBC, los detenidos británicos describen la escuela asaltada por la policía como 'un hospital de batalla de la guerra de Crimea, con gente con brazos rotos y heridas en la cabeza'.
Según fuentes del Movimiento de Objeción de Conciencia, organización pacifista en la que militan algunos de los detenidos, van a presentar una demanda contra la policía ante el Parlamento Europeo. 'También vamos a pedir que nos borren las fichas policiales, porque no somos criminales', concluye Marcuello. Los españoles aseguraron anoche que pensaban denunciar también a la policía en los tribunales italianos.
Un policía admite los hechos
'Una noche chilena', así describe un policía italiano al diario La Repubblica de Roma los sucesos de la cumbre de Génova. 'Por desgracia, todo es verdad. Todavía tengo metido en la nariz el olor de aquellas horas, el de las heces de los detenidos, a los cuales no se les permitía ir al baño. El policía contactado por el rotativo romano admite que 'en la policía existe todavía mucho fascismo, existe la subcultura de muchos jóvenes fácilmente influenciables y la de aquellos de nosotros de aquella noche hemos aplaudido. Pero la carnicería la han cometido otros, del Grupo Operativo (agentes de la policía penitenciaria)'.
¿Y sobre las palizas sistemáticas en la escuela? 'Es cosa nuestra. Hay quien dice que ha sido una represalia, o, al contrario, quien asegura que desde Roma llegaron órdenes precisas: practicar detenciones a cualquier precio. La intervención la protagonizaron los colegas del Equipo Móvil de Roma'. Según el agente, los jefes policiales de Génova fueron apartados de la operación. 'Ha sido una locura. Aquella noche en la comisaría había quien juraba, porque, si el rumor [del asalto] llega a oídos de las 20.000 personas que esperaban para marcharse en la estación de Brignole, hubiera habido riesgo de una insurrección'. 'Lo que ha ocurrido ha sido una suspensión de los derechos', asegura el policía. 'He intentado hablar con algunos compañeros, y ¿sabes qué responden?, que no nos debemos preocupar, porque tenemos coartada. Los policías demócratas tenemos miedo y vergüenza'.
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