Ascao, la puerta de Ecuador

'Carlos Michelena, la carcajada de América, directamente desde Ecuador'. 'Sucre-2, discoteca ecuatoriana'. Los anuncios de artistas latinos forman ya parte del paisaje del parque de Ascao, en el barrio de Pueblo Nuevo (Ciudad Lineal), donde cada fin de semana se juntan cientos de ecuatorianos.

Pueblo Nuevo (56.359 habitantes) se ha convertido en el último año y medio en el segundo barrio de la capital con más inmigrantes empadronados: 6.705 en enero, cuando en 1999 eran 1.715. Sólo le supera Embajadores (Centro), con 7.375 extranjeros. Es también el barrio con más ecuatorianos (3.664), aunque en él hay también colombianos (620) y peruanos (600).

¿Qué han visto los latinos, especialmente los ecuatorianos, en este vecindario? 'Nos gusta porque es una zonita donde te encuentras de todo, hay tiendas, metro, autobuses... Además, en los días feriados vienen compatriotas de toda la ciudad y nos comunicamos', explica Adriana Gómez, una ecuatoriana de 20 años empleada en uno de los locutorios del barrio. 'Mi marido se quedó sin empleo en Ecuador y se vino, luego me convenció a mí porque me dijo que en España se vive mejor, pero yo estoy triste de tener allá a mi bebé, y si me lo traigo no tengo con quién dejarlo mientras trabajo', dice esta joven que por las mañanas limpia casas y por las tardes atiende el locutorio. En total, 14 horas de trabajo. 'Las cosas son difíciles, además del problema de los papeles y del empleo están las rupturas de pareja. Viene el marido o la mujer y encuentra aquí a otra persona, así que acaban separándose; yo aquí veo muchos disgustos por eso', dice mientras atiende a un cliente.

'Aquí se gana, pero se sufre mucho por los 'papeles', por tener los hijos lejos y por las jornadas de hasta 12 horas'

Gloria Lora-Tamayo, autora del estudio Extranjeros en Madrid, 2000, de la Delegación Diocesana de Migraciones (ASTI), destaca que Pueblo Nuevo es el barrio de la capital donde la población extranjera ha crecido más entre 1999 y 2000. 'A este ritmo puede situarse muy pronto en primera posición como área de acogida de inmigrantes en Madrid', añade.

Sin embargo, aunque en términos absolutos éste sea el segundo barrio por número de ciudadanos de otros países, el peso de la población extranjera en Pueblo Nuevo no es de los mayores de la ciudad. Un 10% de sus ciudadanos son inmigrantes frente al 19% de Sol, el 16% de Embajadores y Universidad, el 15% de Bellas Vistas (Tetuán), el 13% de Palos de Moguer (Arganzuela) o el 11% de Pradolongo (Usera).

José Guadalupe, de 37 años, toma el fresco en la calle de Ezequiel Solana junto a varios compatriotas. Tiene concedido el permiso de residencia que le permitirá trabajar legalmente como jardinero. 'Con la nueva Ley de Extranjería contratan menos a los hombres sin papeles; en cambio, las mujeres, como se emplean en casas particulares, sí encuentran trabajo', añade este padre de familia que hace un año dejó a sus tres hijos con los abuelos y se vino con su mujer.

'Nuestra idea es ganar un dinero y volvernos a Ecuador en un par de años. Aquí se gana, pero también se sufre mucho por los papeles, por tener a los hijos lejos y por la jornada laboral, que es bien pesada, a veces hasta doce horas. Aun así, el Ecuador está ahora peor; el país es rico, pero hay mucho gobernante corrupto. Aquí, con el trabajo de un día comes diez; allí el jornal no alcanza ni para el almuerzo', explica mientras sus amigos asienten. Todos viven subarrendados en pisos alquilados por otros compatriotas. Pagan de 12.000 a 15.000 pesetas por una cama en una estancia con otras tres personas o 40.000 por una habitación propia.

Tafsir Dia y Francisco González ejercen de mediadores sociales interculturales en el distrito de Ciudad Lineal y su cometido es acercar a los nuevos vecinos a la realidad de la zona y promover que autóctonos y recién llegados convivan en armonía. Forman parte de un equipo de 29 mediadores, contratado por la Universidad Autónoma, que trabaja en convenio con los servicios sociales municipales en los 21 distritos de la capital.

Tafsir, él mismo inmigrante senegalés, explica que Ciudad Lineal ha sido desde hace muchos años un distrito de acogida. 'En él se asentaron algunos cubanos llegados a Madrid hace ya décadas y después también fue una zona de residencia para los inmigrantes peruanos. Además, en sus calles está la mezquita de la M-30, con todas sus actividades culturales', asegura.

La presencia, los fines de semana, de numerosos inmigrantes en un parque tan pequeño como el de Ascao, donde niños y adultos se agolpan en torno a una fuente, unos columpios y unas canchas deportivas, levantó protestas el año pasado. Hubo residentes que acusaron a los nuevos vecinos de tener 'tomada' esta zona verde, metiendo ruido por la noche y dejándola sucia. También denunciaron que algunos grupos intentaban cobrar al resto de los usuarios por acceder a las canchas, que son gratuitas.

Limar este tipo de asperezas es uno de los cometidos de Dia y González. Ellos creen que a menudo estas fricciones surgen del desconocimiento y de los prejuicios que llevan a ver al extranjero como algo raro y por eso mantienen contactos con las asociaciones de la zona para fomentar y consolidar la convivencia.

Carmen Torralba, concejal de Ciudad Lineal, explica que para resolver el 'conato de fricción' surgido se editaron unos folletos que se repartieron a los usuarios del parque. Bajo el título de Todos juntos lo conseguiremos, los folletos ofrecen normas básicas para mejorar la convivencia: anima a conocer a los otros vecinos; aconseja bajar la música a partir de medianoche, respetar los espacios verdes y no convertir los parques en 'bebederos de alcohol'.

'Los ánimos se apaciguaron', explica Torralba, 'pero ahora de nuevo, con el verano, han vuelto a surgir algunas quejas, no sólo en el parque de Ascao, también en el de Arriaga, y vamos a volver a repartir los folletos para que la cosa no vaya a más'.