_
_
_
_
_
CARTAS AL DIRECTOR
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

En defensa de los becarios extranjeros

Quienes firmamos este escrito somos profundos conocedores de la realidad académica universitaria en razón de nuestro trabajo. Como profesores y personal de Administración y Servicios de la Universidad Autónoma de Madrid y, con independencia de nuestras preferencias políticas, por lo demás diversas y en muchos casos ortogonales, ejercemos nuestro oficio sobre unas normas y unos procedimientos de carácter universal.

En este sentido, todos nosotros hemos recibido con desagradable asombro la noticia de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) del Ministerio de Asuntos Exteriores por la que se deniega la renovación de becas de doctorado a un elevado número de estudiantes extranjeros que, becados por dicha agencia, están ultimando sus tesis doctorales en España. Tal renovación, correspondiente al cuarto año de la beca, si bien viene recogida como hecho excepcional en el texto de la convocatoria, ha sido concedida habitualmente como norma de hecho desde el inicio de este programa, por lo que una práctica de más de cincuenta años ha consolidado al cuatrienio como el periodo normal para la realización de las tesis doctorales, hecho con el que contaban los directores de las mismas y, naturalmente, los más directamente afectados, es decir, los doctorandos.

El anuncio oficial de la denegación con muy poco tiempo de antelación (en algunos casos, días) respecto a lo que es o ha sido ya la finalización de la beca supone un gravísimo perjuicio personal para los becarios por razones humanitarias de abrumadora obviedad. Pero es más, aunque pudiera ajustarse a derecho en razón de la convocatoria, la medida no se ajusta en absoluto a la expectativa de derecho que emana de la propia historia del caso.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

La medida es además absurda desde una relación coste-beneficio. El dinero invertido en estos doctores inconclusos cae en saco roto desde el momento en que es harto improbable (nadie que conozca el quehacer investigador puede ignorarlo) que pueda ultimarse una tesis doctoral sin el contacto directo con el director de la misma, del laboratorio, de la biblioteca, del archivo o de cualesquiera otros medios necesarios. Un año es un tiempo muy preciso y muy precioso en esta etapa de formación.

Desde aquí queremos hacer una llamada a las correspondientes autoridades para que retomen sus posiciones. La solidaridad, el buen hacer académico, la optimización de los recursos públicos están en juego. La elegancia del político reside muchas veces en su capacidad para 'sostenerla y... enmendarla'. Esta elegancia política es hermana del buen gobierno. Eso nos dicen los clásicos y el sentido común.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_