Serra afirma que la ley del Prado 'sacraliza el carácter público' del museo
La redacción del texto sufre un retraso para conseguir el 'máximo consenso posible'
El anteproyecto de la ley del Museo del Prado, para modificar su actual estructura jurídica y convertirse en un ente público, se retrasa hasta después del verano 'para encontrar el máximo consenso posible con las fuerzas políticas', según anunció ayer el presidente del patronato, Eduardo Serra. Añadió que el texto, desde su exposición de motivos, 'sacraliza el carácter público del Prado', en respuesta a las críticas del PSOE sobre el peligro de mercantilización y privatización del museo. El Consejo de Ministros de hoy aprobará el proyecto definitivo de Moneo.
Eduardo Serra tenía pensado enviar a las Cortes antes del verano el anteproyecto de la ley del Prado para su discusión en los comienzos del nuevo periodo de sesiones. El pleno del patronato del miércoles conoció durante tres horas el último borrador, que se ha ido modificando con las nuevas aportaciones. Los folios referentes a la exposición de motivos se distribuyeron ayer a los medios informativos y la redacción definitiva del articulado, desde un primer texto del patrono Alfredo Pérez de Armiñán, jurista y presidente de la Fundación Caja Madrid, buscará 'el máximo consenso posible' de los grupos parlamentarios, según declaró ayer Eduardo Serra en una de sus periódicas sesiones informativas.
En este mismo acto se presentó la maqueta que recoge el proyecto definitivo de la ampliación del museo por el claustro de los Jerónimos, realizado por el arquitecto Rafael Moneo. El proyecto de ejecución fue aprobado por la comisión de subsecretarios y hoy pasará al Consejo de Ministros, que el 15 de junio ya aprobó el presupuesto de 8.826 millones de pesetas. Los gastos, con cargo a ejercicios futuros, se distribuirán en los años 2002 y 2003, fecha que se mantiene como terminación de las obras. En la actualidad, el claustro ha sido desmontado y trasladado para ser sometido a un plan de restauración antes de que ocupe el mismo lugar en un espacio de lectura de la biblioteca.
Esquema legal
El futuro inmediato del Prado pasa por un proceso de modernización a partir de la reforma de la estructura jurídica del museo, que pasa del actual organismo autónomo a convertirse en un ente público. Esta decisión, aprobada por el patronato en marzo, figuraba en las recomendaciones del informe realizado por la firma Boston Consulting, pedido por Serra tras su nombramiento como presidente del patronato.
La incorporación de esta nueva estructura jurídica y de otros aspectos, sobre todo referentes al personal, a los presupuestos y el papel de la iniciativa privada, provocó reacciones al 'modelo Serra' entre los conservadores del museo, los profesores de historia del arte y los ministerios de Hacienda y de Administraciones Públicas. Estos dos últimos informes consideran que se pueden hacer las reformas con la actual situación de organismo autónomo.
Esta opinión coincide con la del PSOE, que en la actualidad está pendiente de responder al contenido del anteproyecto. Carme Chacón, secretaria de Educación y Cultura, declaró ayer que mantiene un 'diálogo fluido' con Serra pero discrepa de la concepción del PP en 'la segregación de la administración pública y la visión mercantilista del Gobierno Aznar sobre la cultura'. 'Desde el comienzo hemos tenido una cautela sobre los planes del Prado y nos preocupa que no conozcamos la opinión de la ministra de Cultura. Los objetivos de estos planes no necesitan un cambio radical en la naturaleza jurídica del museo. Los problemas de gestión, personal y de ingresos se pueden acometer en el marco jurídico actual y modificando el decreto del PP de 1996 que cercenaba las competencias del director en favor del patronato. Los fondos se pueden conseguir con una mejor fórmula de mecenazgo, sin que se produzca un proceso de mercantilización donde primen los intereses políticos y personales en lugar de los fines sociales, que son los que defendemos'.
Eduardo Serra aseguró ayer que desde la exposición de motivos, el anteproyecto 'sacraliza el carácter público' del museo, y considera que la autonomía parcial que tiene desde 1985 'ha perdido autonomía, como ocurre con varias instituciones que han pasado a ser entes públicos, como el caso reciente del Museo Nacional de Arte de Cataluña, en Barcelona. 'Entendemos que el Prado, por encima de todo, debe seguir siendo nacional y público, con unas colecciones que no pueden disociarse del Prado y que nadie debe tener poder sobre el museo salvo el Gobierno'.
Considera que la fórmula de ente público es la más adecuada para el plan de modernización. También señala que en el anteproyecto se intenta establecer 'una línea jerárquica con claridad', en especial con la figura del director. La legislación vigente da poderes ejecutivos a la comisión permanente del patronato, lo que en opinión de Serra crea 'una disfunción que perturba', por lo que 'la dirección recupera todas las funciones ejecutivas y el patronato las de control'.
El director del museo, Fernando Checa, intervino sólo para comentar las próximas exposiciones, sobre el tema infantil en la pintura de Murillo, la imagen de la mujer en Goya, la serie de la Tauromaquia, las relaciones artísticas Madrid-Londres y el arte en la Corte de Felipe V.
Moneo y los espacios complejos
La ampliación del Museo del Prado y el Kursaal de San Sebastián son dos proyectos diferentes de Rafael Moneo, pero el arquitecto identifica conceptos y 'el gusto por los espacios complejos'. 'Entiendo la profesión como un encuentro diverso con la arquitectura en cada circunstancia', declaró ayer antes de viajar a Santander para recibir el premio de la Bienal de Arquitectura por su edificio del Kursaal de San Sebastián. El proyecto de los Jerónimos mantiene las primeras intenciones pero la figura del claustro ha evolucionado hasta entrar en un juego entre la iglesia, el nuevo edificio y claustro. La maqueta de estudio, a escala 1:100, ya definitiva, se va a incorporar a la exposición sobre todo el proyecto que se mantiene en una sala del Prado (entrada Goya baja). 'En la maqueta se ve ahora que el impacto del edificio es mínimo, donde aparece mejorada tanto la iglesia como la espalda del museo, que confío que repose sobre la ladera del Buen Retiro de un modo más parecido al que tuvo cuando lo construyó Villanueva'. La fachada del nuevo edificio (ahora menos cubo) se mantiene de ladrillo, con detalles de piedra en molduras y puertas y carpintería metálica. Aparece una franja de celosía con pequeñas columnas de ladrillo aplantillado. Aparte de la claraboya que da luz natural a la sala de lectura y que desciende hasta las salas de exposiciones, las aperturas de luz se quiebran en otras superficies, como en la zona de los talleres de restauración. Entre el cubo y el museo se extiende un parterre que, según Moneo, libera y resalta el ábside proyectado por Villanueva.
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