Yo también soy Jarque
Nos amenazan con las llamas del infierno, con la condenación eterna y, en la mejor de las tradiciones inquisitoriales, nos amenazan incluso con frases enigmáticas: '...y tal vez lo acabará pagando' (Fernando Romero Saura, Sobre la exposición de Jarque, EL PAÍS, 17 de julio de 2001).
Piden respeto para las creencias ajenas cuando ellos no respetan mis creencias ateas cuando invaden las calles con procesiones, rosarios de la aurora, traslados y milagros varios.
Ellos, que fueron los iconoclastas del imperio romano, tachados de locos y perseguidos hasta la muerte, se creen en posesión de la verdad absoluta y llaman iconoclasta a todos los que no veneran su becerro dorado.
Pide el señor Romero Saura en la carta al director anteriormente citada que ustedes sólo informen 'sin dar realce al insultante evento' cuando él confunde fotografía con pintura. ¿O es que tal vez el señor Saura cree en lo que no ha visto como define a la fe la iglesia católica?
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