'Con la globalización, las culturas locales salen reforzadas'
Un año más, el jazz convive en Vitoria junto con las eruditas disertaciones de los mejores especialistas en Derecho Internacional. Los cursos que se dedican a estos estudios, organizados por la UPV, se abrieron el pasado lunes con las reflexiones de Celestino del Arenal. El Catedrático de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid analizó la nueva sociedad mundial, inserta en plena vorágine globalizadora y las correspondientes realidades políticas que se avecinan.
Pregunta. No corren tiempos de popularidad para la globalización.
Respuesta. Sin embargo, en términos generales, me parece un fenómeno muy positivo para el progreso de la Humanidad. Más allá de sus manifestaciones extremas (las denunciadas por los movimientos anti-globalización), creo que esta nueva situación facilita la defensa universal de los valores de la democracia y los derechos humanos.
P. Al mismo tiempo parece que supone la imposición de unas fórmulas culturales únicas.
R. No es así, En este nuevo ámbito, considero que las culturas locales salen reforzadas. Hay que tener en cuenta que el acceso de pueblos y sociedades hasta ahora aislados a las redes de información mundiales permite que ciertos valores locales y singularidades se den a conocer y se pueda luchar desde todo el mundo por su defensa.
P. Las principales potencias mundiales no son muy respetuosas con ese credo democrático y humanista que usted vincula con la globalización.
R. Es cierto que de momento se ha avanzado más en el campo de las operaciones financieras y en las comunicaciones, y que la validez de esos principios se ve sujeta a un doble rasero. Por ejemplo, en las relaciones de los países occidentales con China, en el diferente rigor que mantiene España con Cuba o Marruecos; o en el caso más conocido: Estados Unidos y el mantenimiento de la pena de muerte en ese país.
P. ¿Hay posibilidades de llegar a una legislación internacional que controle los desmanes de la globalización económica?
R. La ONU está trabajando en la elaboración de códigos de conducta para las empresas trasnacionales que, de momento, no son vinculantes. Lo cierto es que va a ser muy difícil (por no decir, imposible) que se establezca una regulación efectiva a la mundialización económica y financiera ya que son las grandes potencias y las empresas trasnacionales las principales interesadas en que no estas reglas no existan.
P. ¿Qué impresión le merece la respuesta crítica a este nuevo panorama?
R. Me parece positiva. Eso sí, la legitimidad y validez de sus argumentos se ve enturbiada con la violencia: no se lucha contra la globalización impidiendo foros internacionales, sino haciendo propuestas constructivas.
