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LA OFENSIVA TERRORISTA

Pamplona mantiene la fiesta de San Fermín, pero sin música

El asesinato de José Javier Múgica llenó de consternación el último día festivo de San Fermín, pero las instituciones se negaron a que ETA interrumpiera unas fiestas que habían transcurrido hasta ayer en absoluta paz. El Ayuntamiento de Pamplona, gobernado por UPN, decidió mantener el programa previsto, pero lo hizo prescindiendo de todo elemento festivo. Así, no hubo música en el acto religioso de despedida al santo patrón, la Octava, celebrado por la mañana, al que no acudieron los concejales de Batasuna ni Batzarre. Tampoco bailó la comparsa de gigantes y cabezudos. El silencio se adueñó de las calles.

Jesús Labari, párroco de San Lorenzo, el templo pamplonés que alberga la efigie de San Fermín, tuvo, durante la homilía religiosa, duras palabras hacia los asesinos y dijo sentir 'vergüenza' por los concejales incapaces de condenar la barbarie etarra. 'Más pronto que tarde, todos estos terroristas tendrán que rendir cuentas ante Dios por tanta sangre inocente derramada en nuestra tierra', afirmó el sacerdote.

'Atacan como los nazis. No respetan la vida de las personas. No defienden a nadie y poca gente en la historia será tan conocida por su crueldad como estos etarras', manifestó la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, tras guardar cinco minutos de silencio ante el Ayuntamiento, acompañada por la corporación municipal y cientos de ciudadanos. Barcina añadió: 'No respetan la alegría de este pueblo ni sus tradiciones. No podían tolerar que estos sanfermines, que ha vivido toda Navarra en paz, transcurrieran así hasta el final'.

La ciudad, repleta de miles de visitantes, fue conociendo lentamente la noticia. Estupor, indignación y rabia eran la reacción generalizada, aunque vecinos e instituciones se resistían a que ETA condicione la vida de toda una sociedad y su calendario festivo. 'Seguiremos adelante. No nos quitarán la alegría, aunque en algún momento lloremos', había dicho Barcina al conocer el asesinato. Por eso, el Ayuntamiento mantuvo los festejos taurinos de la tarde y el tradicional Pobre de mí con que acaban las fiestas.

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