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Los problemas de construir junto al aeropuerto

Vicente G. Olaya

Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) firmó en noviembre de 2000 un 'informe preceptivo y vinculante' sobre la situación acústica de las áreas que iban a ser recalificadas por el Ayuntamiento. AENA indica en su estudio que 'la totalidad de los suelos afectados por la revisión del plan se encuentra sometidos a las actuales servidumbres aeronáuticas del aeropuerto de Madrid-Barajas, ya sean físicas, radioeléctricas u operativas'.

'Como consecuencia, todo el suelo del plan general al norte de la autovía A-II tiene muy comprometida su urbanización y edificación, incluso para usos no residenciales, porque se encuentra bajo las trayectorias de aproximación y de ascenso en el despegue de la futura pista 15L-33R'.

AENA recuerda que la altura de los edificios propuestos supera la permitida para seguridad de los aviones, 'por lo que las posibilidades de edificación son ínfimas, sobre todo en las zonas más cercanas al umbral de la pista'.

Industria pesada

Este organismo, dependiente del Ministerio de Fomento, avisa de que 'gran parte del suelo que se pretende calificar como urbanizable no programado al norte de la futura autovía de circunvalación M-50 quedaría afectado por un nivel sonoro muy elevado, de forma que sólo sería posible desarrollar usos de industria pesada o comercial y industrial ligera si se realizase un aislamiento de 25 o 30 decibelios'. 'Del mismo modo', continúa el informe, 'la zona propuesta como suelo urbanizable programado entre las autovías M-50 y N-II estaría también sometida a unos niveles sonoros elevados que, en ciertas partes, incompatibilizarían su uso con otros distintos del industrial pesado, minería, piscicultura o aparcamientos'.

Al sur de la N-II 'podrían calificarse suelos, evitando el uso residencial, y evitando en lo posible los usos recreativos y de ocio al aire libre, así como granjas, oficinas y edificios públicos', dice el ministerio.

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Por ello, AENA obligará a que, antes de que se registre la propiedad de una vivienda en la zona, el notario añada una nota registral en la que se indique claramente que 'esta vivienda se encuentra en una zona sometida a un nivel de afección sonora producida por el sobrevuelo de las aeronaves que operan en el aeropuerto de Madrid-Barajas'.

La alcaldesa, Montserrat Muñoz, aclaró ayer que en el nuevo plan la localidad asume todas las indicaciones de Fomento. De hecho, una gran parte del suelo adyacente al aeropuerto de Barajas -propiedad de la familia Abelló- ha quedado reservado como suelo no urbanizable protegido con el fin de evitar que en él se pueda construir.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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