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La braquiterapia comienza a sustituir a la cirugía para tratar el cáncer prostático

La técnica reduce al 10% la incontinencia urinaria y al 15% la impotencia

El cáncer de próstata es la segunda causa de muerte por cáncer en los hombres españoles, con más de 28 muertes por cada 100.000 habitantes, según la Asociación Española de Urología. A pesar del considerable aumento de las revisiones médicas entre los individuos de entre 50 y 75 años, en la actualidad se calcula que hay 1,5 millones de españoles con riesgo de padecer cáncer de próstata. Hasta 1988 la única técnica disponible para el tratamiento de esta enfermedad en su fase inicial era la extirpación de la próstata mediante la cirugía radical, operación que provoca en la mayoría de los pacientes incontinencia urinaria y disfunción eréctil. Sin embargo, a finales de la década de los ochenta John Blasko, especialista del Seattle Prostate Institute (Estados Unidos), fue uno de los primeros en aplicar al tratamiento del cáncer de próstata una técnica que ya se utilizaba para curar otros tipos de tumores malignos: la braquiterapia.

En EE UU, las intervenciones por braquiterapia superan ya a las prostactomías

'La braquiterapia prostática consiste en introducir en la próstata semillas de material radiactivo, yodo 125 o paladio 103, cuyo halo de radiación permite destruir las células cancerosas sin afectar al resto de los tejidos. Se trata de una forma de radioterapia localizada que protege a las estructuras adyacentes de una radiación dañina dispersa', explica Blasko.

Esta técnica sólo se aplica en los cánceres que están en su fase inicial y que se encuentran muy bien localizados en la próstata, es decir, que todavía no se han extendido a otros órganos. En estos casos los beneficios de la braquiterapia respecto a la extirpación de la próstata son notables, ya que ofrece el mismo grado de éxito y reduce las consecuencias de la cirugía radical. 'Al poder conservar la próstata, los problemas de incontinencia urinaria se reducen al 10% y la impotencia se sitúa en torno al 15% o el 20%, mientras que con la prostatectomía los niveles son prácticamente del 100%', asegura Blasko. Esto resulta más importante si se tiene en cuenta que, como resultado del aumento del diagnóstico precoz en los hombres de entre 50 y 75 años, cada vez se detectan más casos de cáncer de próstata en la población más joven. 'Es muy importante para un hombre joven con cáncer de próstata saber que podrá mantener su potencia sexual tras la intervención', destaca Blasko.

Otra ventaja de la braquiterapia prostática sobre la cirugía radical es el tiempo de permanencia del paciente en el hospital. Mientras que la prostatectomía requiere que el paciente permanezca unos diez días bajo vigilancia médica, con la braquiterapia puede abandonar el hospital en 24 horas. 'Aunque la técnica de la braquiterapia es más cara que la cirugía, el ahorro sanitario derivado de la reducción de la estancia del paciente en el hospital y de la disminución de las complicaciones que puede provocar la prostatectomía hacen que la braquiterapia sea más económica que la cirugía radical', asegura John Blasko.

En España, la braquiterapia prostática es una técnica relativamente nueva, ya que no se comenzó a aplicar hasta 1999. El primer centro en aplicarla fue el Hospital General de Asturias, seguido del Hospital Oncológico de San Sebastián. En el Instituto Catalán de Oncología la técnica se utiliza desde mayo de 2000 y se realizan ya cuatro intervenciones diarias. 'Sin embargo, en España todavía se practican pocas braquiterapias prostáticas y, por tanto, es pronto para establecer comparaciones entre esta técnica y la prostatectomía. Pero seguramente el número de intervenciones por braquiterapia irá en aumento', asegura Ferran Guedea, jefe del servicio de Radioterapia del Instituto Catalán de Oncología. Esta misma tendencia ya se observa en los países que aplican la braquiterapia para el tratamiento del cáncer de próstata desde hace más tiempo.

'En EE UU el año pasado la braquiterapia prostática superó por primera vez a la prostatectomía radical en número de intervenciones. Y esta diferencia probablemente se irá agrandando debido a las ventajas de la radioterapia localizada frente a la cirugía en el tratamiento de este tipo de cáncer, aunque la prostatectomía no desaparecerá', afirma Blasko. 'Sin embargo, la braquiterapia prostática no es la solución definitiva y, probablemente, de dentro de cinco años en adelante se desarrollarán tratamientos para el cáncer de próstata basados en la terapia genética'.

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