Jospin pide una auditoría sobre fondos reservados antes de las presidenciales

El primer ministro francés, Lionel Jospin, tomó ayer la palabra a la oposición, que reclama una reforma de los fondos reservados, y encargó al Tribunal de Cuentas un 'examen de conjunto' sobre la gestión del dinero que el Estado francés pone cada año (unos 10.000 millones de pesetas) a disposición del presidente de la República, del primer ministro y de los miembros del Gobierno.

El sistema existe desde 1946 y no puede considerarse secreto, aunque tampoco parece haber control sobre el mismo. Sirve para financiar desde operaciones secretas hasta el pago de ciertas primas a personal de confianza. Pero la polémica de los fondos reservados ha rebrotado tras el descubrimiento de que se pagó en efectivo una serie de viajes privados de Jacques Chirac y de su familia, cuando aquél era alcalde de París, y que el dinero para alguno de ellos podría proceder de fondos reservados. A esa explicación, fuentes del entorno presidencial agregaron que las sumas incontroladas -que no secretas- sirven tanto a la Presidencia de la República como al Gobierno.

Para evitar ataques en el terreno de la ética y la transparencia, Jospin ha tomado la iniciativa de pedir ese informe al Tribunal de Cuentas. Tanto si desemboca en una ley que encuadre la utilización de los fondos reservados como si se trata de describir el uso de tales cantidades sólo con la finalidad de informar al Parlamento, la fecha elegida por Jospin para recibir el informe es crítica: a finales de año, tan sólo unos meses antes de unas elecciones presidenciales y legislativas que prometen ser enconadas.

Por otro lado, Jean-François Mitterrand, hijo del anterior presidente de la República Francesa, fue procesado ayer de nuevo por 'tráfico de armas'. El Tribunal de Apelación había anulado su imputación por defecto de forma, dado que no constaba la denuncia de los ministros de Defensa o de Hacienda, únicos competentes para tomar la iniciativa de perseguir los negocios ilícitos de armas.