Roberston pide a Djindjic que continúe su ayuda
Zoran Djindjic, el primer ministro de Serbia, compartió ayer mesa y mantel en Salzburgo con George Robertson, el secretario general de la OTAN, la organización que hace dos años bombardeó su país, en lo que supone otro espaldarazo de Occidente al pragmático dirigente serbio en las jornadas que el Foro Económico Mundial está celebrando en esta ciudad austriaca. Según contó Robertson a la prensa, la OTAN espera que Djindjic contribuya con "más vigor" a la estabilidad en los Balcanes.
Y Robertson no se refiere sólo a promesas vagas. En las próximas semanas, mediante una iniciativa que no precisó, el secretario de la OTAN confía en que Djindjic deje claro a los dirigentes serbios de Bosnia que "su futuro se encuentra en Bosnia-Herzegovina, y que no pueden aspirar a un futuro con Serbia que implique redibujar las fronteras actuales". Un mensaje que puede ser contundente, tras el aviso de Djindjic en el Foro Económico Mundial de que seguirá colaborando con La Haya, y entregará a los acusados de crímenes de guerra. Algunos viven protegidos por los dirigentes serbios de Bosnia.
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