_
_
_
_
Reportaje:

Los gremios de 'botiguers', en jaque

La casi centenaria Unión Gremial llama a todas las puertas para evitar su bancarrota antes del verano

Unión Gremial, organización creada a principìos del siglo pasado, atraviesa sus horas más bajas. Acuciada por las deudas, la federación se enfrenta a un futuro incierto. Considerada la asociación de los botiguers por aglutinar a los gremios más antiguos de Valencia -más de 50-, esta organización, que en su época dorada promoviera instituciones como la Feria de Muestras, está en el punto de mira del resto de organizaciones empresariales y de la Generalitat.

Cobijada durante años en la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), vinculada a CEOE, Unión Gremial, que preside desde 1988 Vicente Montaner, abandonó la organización con un sonoro portazo en 1995 porque consideraban dañados los intereses del pequeño comercio. Con la marcha de Unión Gremial y también de Pymev, la CEV perdió peso en el sector del pequeño comercio.

La federación gremial se incorporó a L'Empresarial, nacida de la fusión de Pymev y la Confederación Valenciana de Comercio (Covaco) como alternativa a CEV-Cepymev. Con su constitución, a mediados de los noventa, se rompía la unidad empresarial en la Comunidad, que hasta entonces había detentado casi en exclusiva CEV-CEOE. Cinco años después, Unión Gremial se encuentra descapitalizada y con su nueva sede hipotecada tras su fallido proyecto electrónico Infotienda.

En una situación tan precaria, Montaner, de 73 años, ha buscado ayuda en Covaco, organización a la que pertenece, pero también en sus antiguos compañeros de viaje, la CEV. Se ha reunido con el presidente de esta última, Rafael Ferrando, y con el de la Cámara de Comercio de Valencia, Arturo Virosque. Ambas partes le han brindado su ayuda, aunque la cuestión económica ha quedado al margen.

La Generalitat, el tercer actor en esta historia, no olvida los desplantes de Unión Gremial en el pasado -su papel en el conflicto de la venta de pan en festivos y el rechazo público de parte de la organización al acuerdo suscrito en junio de 2000 por ocho asociaciones de pequeños comerciantes sobre la liberalización horaria-. La Consejería de Industria y Comercio exige una auditoría de sus cuentas y un plan de viabilidad, que la organización ha presentado esta misma semana. Y en este contexto, a Unión Gremial, una de las marcas más antiguas del escenario empresarial local, no le faltan pretendientes. Un sector patronal considera a Unión Gremial víctima de su socio, Covaco, que aspiraría a conservar la centenaria marca en caso de bancarrota. En este caso se prevé una desbandada de gremios; unos se adscribirían a CEV-Cepymev y otros, a Pymev.

A la delicada situación económica se unen los problemas surgidos de una gestión, que fuentes del sector consideran poco práctica. El lanzamiento del proyecto electrónico supuso la obtención de una subvención de 95 millones de pesetas. Vicente Montaner recuerda que el proyecto fracasó por la falta de clientes. 'Nos gastamos 95 millones sin provecho', comenta, y defiende que el proyecto 'no estaba desacertado del todo, pero hay que hacerlo con más tiento'.

El fracaso de Infotienda, según fuentes conocedoras de la situación, destapó la falta de documentos con los que justificar el destino de los fondos públicos recibidos, y el endeudamiento que arrastraba la organización. Esta situación obligó a Unión Gremial a hipotecar su sede por 50 millones de pesetas para afrontar sus deudas. Surgió entonces la necesidad de realizar una auditoría de sus cuentas.

En el sector del comercio valenciano se entiende que cualquier posibilidad de salvación para Unión Gremial debe partir de dentro de la organización, y consideran que 'lo lógico' sería refundar la organización. Precisa de un relevo en la junta directiva, que se traduzca en un cambio en la gestión y que depure necesidades y replantee objetivos.

Las fuentes consultadas consideran que la ayuda económica, venga de dónde venga, no conseguiría más que 'alargar la agonía'. Unión Gremial, continúan, cuenta con un presupuesto anual de cuatro millones y medio de pesetas, dos millones procedentes de subvenciones y el resto de las cuotas de sus asociados, por otro lado muy modestas. Una cifra insuficiente para mantener la actual estructura del gremio de botiguers, que cada año necesita, con independencia de que salde su deuda, unos 10 millones de pesetas para sostenerse. Todo ello a pesar de que el número de empleados ha pasado de 11 a dos y de que la dirección ha pensado incluso en vender la sede y reubicarse en su antiguo centro de operaciones, en la calle Conde de Olocau.

La situación es tan apurada que el sector considera que, atendiendo a los recursos de tesorería, Unión Gremial 'no pasa el verano'.'Estamos tocando fondo', reconoce el propio Montaner. A los problemas citados se une la salida oficial de varios gremios y el hecho de que otras, simplemente, hayan dejado de pagar las cuotas. La oposición interna de la organización, además, está callada y a la espera.

Montaner ha llamado a varias puertas, que asegura que están estudiando soluciones. Además, según dice, la Generalitat se ha comprometido a 'hacer todo lo posible', pero impone sus condiciones. Aparte de que, como explican en el sector, las subvenciones han sido recortadas en los últimos años, la administración precisará de proyectos concretos para dar líneas de ayuda. La Generalitat estudia en estos momentos el plan de viabilidad y la auditoría de la organización antes de adoptar cualquier decisión.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_