Djindjic pide al pueblo 'comprensión' mientras Kostunica califica la entrega de 'ilegal'

Djindjic argumentó, en un mensaje a la nación en la televisión estatal, que su Gobierno decidió entregar a Milosevic porque se vio "obligado a defender los intereses de Serbia". Mientras, en la céntrica Plaza de la República protestaban unos 3.000 simpatizantes de Milosevic acusando a Djindjic de traición y de haber implantado la dictadura en Serbia.

"Posponer o aplazar la cooperación con el Tribunal de La Haya habría tenido graves consecuencias para el presente y el futuro de Serbia", afirmó. "Estimados ciudadanos, Slobodan Milosevic llamó al pueblo hace 12 años en este día de San Vito a realizar los ideales de la Serbia celestial y siguieron 12 años de conflictos, catástrofes y decadencia", afirmó el primer ministro en referencia a las guerras de secesión de Bosnia y Croacia, en las que Milosevic apoyó al principio al bando serbio de esas repúblicas, en vez de haber pactado.

La réplica no se hizo esperar, y el presidente Kostunica (socio de Djindjic en la coalición gubernamental DOS), a quien no le fue consultada la entrega del ex dictador, criticó duramente la medida y dijo que el suyo es un país castigado por el régimen de Milosevic, las guerras, los bloqueos y las bombas de la OTAN en un momento "excepcionalmente difícil y hasta decisivo".

Kostunica calificó de "irresponsable" la entrega y contraria a la Constitución, que prohíbe la extradición de nacionales. Según el presidente, "no puede calificarse de legal" la medida, y aseguró que "es peligroso" intentar construir un Estado de derecho sobre una "injusticia" semejante.

Mientras tanto, la manifestación en el centro de Belgrado se desahogaba en gritos contra el Gobierno. "Informamos a toda Serbia de que Milosevic ha sido vendido a La Haya, todo nuestro pueblo se concentrará a protestar", dijo Dusan Bajatovic, del Partido Socialista Serbio, de Milosevic.