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Powell viaja a Israel para impulsar el plan de paz tras la discrepancia entre Sharon y Bush

El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, llegó ayer por la tarde a Israel para tratar de fortalecer la tregua decretada hace 13 días e impulsar la aplicación del plan de paz propuesto en el informe Mitchell. Su visita se produce después de que en Washington, el presidente George Bush desautorizara en público el calendario para el diálogo que pretende establecer el primer ministro Ariel Sharon.

La misión de Powell, en su segundo viaje a la región desde febrero, se enfrenta a la tozudez de Sharon, que quiere tomarse su tiempo antes de sentarse a la mesa de diálogo: primero, 10 días de absoluto alto el fuego, sin ningún disparo y sin incidentes, y después, una fase previa de dos a tres meses, para establecer 'medidas de confianza mutuas'. Ese calendario supone que hasta octubre o noviembre no se podrá reanudar el diálogo. Por su parte, Arafat afirma que es políticamente impensable exigir a su gente una suspensión de la Intifada sin ninguna contrapartida.

Más información
Documento: Informe de la Comisión Mitchell sobre la situación en Oriente Próximo
Tema: 50 años de lucha por la tierra prometida

Powell no va a enfrentarse por ahora a las exigencias y demoras israelíes, según se desprende de sus primeras declaraciones efectuadas en la primera etapa de su viaje, Borg el Arab, cerca de Alejandría, donde se reunió con el presidente egipcio, Hosni Mubarak. El emisario norteamericano reconoció allí el derecho de Sharon a establecer los plazos que crea convenientes y juzgar asimismo en qué momento hay 'un nivel adecuado de calma para hacer avanzar el diálogo'.

Los palestinos, por su parte, se muestran bastante menos conciliadores y pacientes: reclaman el establecimiento inmediato de un calendario en el que se marquen de manera clara las etapas y el calendario de aplicación del informe Mitchell en su totalidad. Un portavoz de la presidencia palestina insistía ayer en la necesidad de que el plan se ponga en práctica sin más demora, ya que es la única garantía que se puede otorgar a la población palestina para que continúe acatando una tregua en la Intifada.

En plena ofensiva diplomática, el Ejercito israelí decretaba ayer, por segundo día consecutivo, el toque de queda sobre Hebrón, en represalia por los incidentes del fin de semana, cuando colonos radicales judíos se enfrentaron con activistas palestinos en un tiroteo que se saldó con 20 heridos.

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