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EL CONGRESO ANALIZA EL ESTADO DE LA NACIÓN

Zapatero exige a Aznar más justicia social en un debate de guante blanco

El presidente del Gobierno afirma que no piensa destituir a Piqué

El socialista José Luis Rodríguez Zapatero aprovechó ayer su primer debate sobre el estado de la nación para criticar al Gobierno por el abandono de los servicios públicos y para exigir más justicia social. El jefe de la oposición eligió después un tono conciliador para proponer al presidente del Gobierno hasta cuatro pactos de Estado. José María Aznar despreció la mayoría de las propuestas y se mostró perplejo ante el tono constructivo de su oponente. El coordinador de IU, Gaspar Llamazares, aprovechó su turno para pedir la destitución de los ministros afectados por casos que investiga la justicia. Aznar replicó: 'No pienso cesar a ningún ministro'.

El discurso de Aznar en la primera jornada del debate sobre el estado de la nación careció de sorpresas. El presidente anunció, durante 62 minutos de intervención, los proyectos legislativos previstos, ya conocidos, para el próximo año; presumió de situación económica con la creación de 400.000 empleos en los últimos 12 meses, el aumento de las cotizaciones sociales y de afiliados a la Seguridad Social y un crecimiento por encima de la media europea, y reiteró su compromiso de rebajas fiscales en 2003. El Ejecutivo eliminará el impuesto de actividades económicas y rebajará y simplificará los tipos del IRPF, como había prometido. Sin novedad.

Replicó José Luis Rodríguez Zapatero con 45 minutos de exposición en la que evitó referirse a los proyectos legislativos anunciados por Aznar. Se centró el socialista en el aumento de los problemas sociales, en la desacertada política de inmigración del Gobierno, en la falta de inversiones en nuevas tecnologías, en el aislamiento de Europa y en el permanente abandono de los servicios públicos en España. De todos esos males culpó Rodríguez Zapatero al Ejecutivo, y para rematar su discurso, en el que apenas leyó el texto que llevaba preparado, recuperó su estilo constructivo para ofrecer al presidente cuatro nuevos acuerdos: la reforma del Senado, el incremento de las partidas para nuevas tecnologías, un plan de apoyo a la familia y un ambicioso programa cultural cuyo objetivo final sea la conmemoración del cuarto centenario de El Quijote, en 2005.

Aznar apenas atendió a la invitación del dirigente socialista, tildó de 'picoteo de asuntos' el discurso de su oponente y se declaró sorprendido y tranquilizado ante la preocupación de Zapatero por el recuerdo a Cervantes.

El portavoz de CiU, Xavier Trías, mantuvo el tono conciliador y rebajó en su intervención las demandas de autogobierno para Cataluña. El portavoz del PNV, Iñaki Anasagasti, acusó a Aznar de negarse a condenar el franquismo, 'único culpable del nacimiento de ETA'.

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