Diez presos se amotinan durante tres horas en la prisión de Tenerife II

El motín se inició a la hora de la cena, sobre las 19.45 de Canarias, cuando diez reclusos del módulo III (con 58 presos) armados con pinchos fabricados por ellos mismos retuvieron a dos jefes de servicio y a un funcionario, a los que encerraron en una celda. Inmediatamente escaparon hacia los tejados del centro, aunque por el camino golpearon en la cabeza con una silla de plástico a otro funcionario que se interpuso y que resultó herido en la ceja derecha.

Los amotinados recorrieron los tejados durante al menos dos horas intentando que otros de los 1.260 internos de Tenerife II (con capacidad oficial para 1.400 presos y para 900 si hubiera uno por celda) se sumaran a la protesta. La revuelta estaba supuestamente capitaneado por Jorge Pérez Armas, con un abultado historial de atracos y una larga condena, quien ya participó en una intentona similar en agosto pasado. El motín se aplacó tras 40 minutos de negociaciones entre el director de la cárcel y los amotinados. Uno de los presos permaneció oculto en los tejados para intentar huir, pero, cuando intentaba descolgarse al patio del módulo 4, cayó al suelo y se fracturó un tobillo.

Jorge Castejón cree que la intención de los amotinados era incitar a un motín de grandes dimensiones para, en la confusión, lograr escapar de la prisión. La estrategia, no obstante, se vino abajo porque el resto de internos no se sumó a la acción. El director del penal explicó que las quejas sobre malos tratos y falta de calidad y cantidad de la comida son la 'justificación típica tras este tipo de acciones', ya que esas mismas reivindicaciones pueden ser planteadas por cauces oficiales y nunca hasta ahora se habían manifestado los presos en este sentido. Castejón señaló que los diez presos serán trasladados en los próximos días a un centro de máxima seguridad de la Península.

Precisamente ayer, el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, denunció el déficit de plazas penitenciarias de Canarias. Las cuatro prisiones de las islas han sido visitadas durante la última semana por María Luisa Cava de Llano, adjunta primera del Defensor, quien ha constatado que, 'debido a la falta de plazas, muchos reclusos canarios están cumpliendo condena fuera de su zona de arraigo' y que 'el hacinamiento de los penados se aprecia especialmente en la prisión de Lanzarote, al tener triplicada su capacidad inicial'.

En la prisión Tenerife II hay internados ahora mismo cerca de 400 presos procedentes de la isla de Gran Canaria.