Guerra de nervios en una ceremonia de cuatro horas

El draft es un proceso por el que los clubes de la NBA eligen a los mejores jugadores que durante el año en curso cumplen 22 años y aquellos que lo han solicitado a través de una carta oficial como es el caso en esta edición de Pau Gasol, de 20 años, y Raúl López, de 21. Las designaciones de los elegidos por cada club se lleva a cabo en una ceremonia que dura unas cuatro horas, que suele llevar al borde del ataque de nervios a clubes y a jugadores y que en esta edición se celebra en el Madison Square Garden de Nueva York. El directivo o entrenador encargado por cada club puede estar conectado a través del teléfono con la plana mayor de su equipo y dispone en la primera ronda de cinco minutos para designar al jugador por el que se decanta y de dos minutos en la segunda ronda. Los técnicos disponen de una sala repleta de ordenadores con los que informan puntualmente a sus patrones de todos los movimientos que se van produciendo, qué jugadores han sido elegidos, qué promesas quedan libres, cómo suspiran los colegas... Los jugadores aguardan en una sala contigua y a medida que son elegidos aparecen en el escenario donde son saludados por el comisionado de la NBA, David Stern.

Sueldos fijos

La elección sería inconcebible en el baloncesto europeo donde los jugadores, a diferencia de los universitarios estadounidenses, son ya profesionales antes de esa edad. Sin embargo, el salto cualitativo es muy importante y los mejores situados en el draft tienen garantizados tres años de contrato con cifras muy jugosas. El número uno, por ejemplo, cobrará durante las tres próximas temporadas unos 2.000 millones de pesetas. Todo en el draft es en principio sencillo, pero todo puede acabar complicándose. Los mejores jugadores acostumbran a contar con garantías del equipo que los va a elegir y también del número del escalafón que van a ocupar. Pero no siempre es así.

El sistema establecido por la NBA pretende que los equipos teóricamente menos competitivos puedan reforzarse mejor. Aquellos clubes que no pudieron entrar esta temporada en los play-offs son los que escogen primero según un orden establecido por sorteo.

Pero los acuerdos de compra y venta de los derechos de elección son habituales. Este año, Houston y Boston tienen derecho a elegir cada uno a tres jugadores en la primera ronda mientras que Indiana, Miami, Dallas, Nueva York, Phoenix, Denver y Milwaukee no pueden elegir en primera ronda. Tampoco Minnesota, sancionado por la NBA por sobrepasar el límite salarial.

El draft se convierte en una guerra de nervios en la que todos los clubes y representantes de los jugadores despliegan todas sus artimañas con el fin de obtener los mejores refuerzos y alianzas estratégicas.