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Columna
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Inquietante

Con o sin perspectiva de llegar al poder, es obligación de todo partido en la oposición el controlar al que gobierna, al que debe mirar con lupa para que no cometa excesos. Pero controlar el exceso no puede suponer excederse en la reacción ante cualquier denuncia, sobre todo si al reaccionar se saltan todas las vallas del respeto a los principios democráticos esenciales.

Lo ha hecho el PP tras la denuncia del ex secretario de finanzas del PSOE de Andalucía José María Martínez Rastrojo sobre supuestas irregularidades financieras de su partido. Los populares se han lanzado en plancha contra el derecho a la presunción de inocencia, al emplazar su presidenta, Teófila Martínez, al PSOE a que demuestre que la denuncia es falsa. Si Teófila Martínez cree que eso debe ser así, está demostrando que no ha pensado lo que ha dicho, o que lo ha pensado y cree que, efectivamente, los ciudadanos acusados por cualquiera estaban obligados a demostrar que son inocentes.

Las dos posibilidades dejan en evidencia y la segunda en situación comprometida realmente, porque la presidenta del PP tiene la obligación de saber que un principio del Estado de Derecho, fundamental e irrenunciable, es el principio de presunción de inocencia, es decir, que todo ciudadano es inocente mientras no se demuestre lo contrario. No al revés.

Lo curioso del caso es que el mismo día en que desde el PP se lanzaba ese mensaje al PSOE, desde Madrid, el PP instaba a respetar la presunción de inocencia del ministro Piqué. Hacen bien en pedir ese respeto, pero al hacerlo dejan aún más en evidencia el exceso de Teófila Martínez.

Aunque muchos aplaudan por lo que dice y otros callen porque les parezca bien que se ponga a los socialistas en apuros, deberían haber llovido críticas de quienes supuestamente viven de la denuncia de todo tipo de excesos y sin embargo se hacen los locos ante los más peligrosos. Éste, sin duda, lo es y no porque perjudique a los socialistas, sino porque perjudica a los ciudadanos en general. El que un partido que aspira a gobernar se pase por el forro de la gabardina principios democráticos esenciales, lo vean como lo vean quienes tienen prisa, es cuando menos inquietante.

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