El éxito del amigo de Simeón
¿Tiene Javi Moreno pinta de futbolista? ¿Y de goleador? Se diría que no: un aire desgarbado; una forma de vestir que emparenta con los años setenta más que con el siglo XXI; una voz ligera, como de adolescente. Todas ellas, condiciones impropias de la importancia que hoy se autoconceden los futbolistas de éxito. Entonces, ¿qué? El gol. Javi Moreno tiene gol porque es 'tragón desde pequeñito' y, antes que nada, piensa en el gol. Hay entrenadores de la Liga española que aún no ven en él a un futbolista de postín. Incluso no les gusta. Son los menos. La mayoría se decanta por las virtudes de este valenciano de Silla que ha vivido el deshaucio futbolístico, del que le salvo José Manuel Esnal, Mané, y el fulgor del éxito, que le propone el Milan de Berlusconi, en el que jugará la próxima temporada.
Fuerte, rápido, zurdo y cabeceador, reúne las condiciones para ser un lobo solitario del área
Es fuerte, rápido y zurdo y sabe cabecear, condiciones todas ellas que le habilitan para jugar sólo en el ataque, buscándose la vida, algo que inició cuando se marchó a jugar al Córdoba y probó la hiel del fútbol.
Quizá su trayectoria deportiva ha agudizado el egoísmo que todo goleador lleva dentro y que él considera una condición innata, incorregible. Algún disgusto le ha supuesto esa voracidad en el Alavés. Ante el Oviedo, Magno se hizo un autopase y, cuando se disponía a marcar, apareció Javi Moreno y empujó el balón a la red. El problema es que arrancó en posición de fuera de juego.
Quizá quien más tenga que ver en el éxito de Javi Moreno sea su amigo Simeón, que trabajaba en el Valencia y le permitió entrenarse con el segundo equipo cuando volvió hundido de su experiencia cordobesa. Sin Simeón, quién sabe qué habría sido de Javi Moreno, hoy quizá un empleado de cualquier empresa de Silla, donde nació hace 27 años.
Javi Moreno, Eto'o, Luque, entre otros, han sido la revelación de la Liga, jugadores distintos con el objetivo común del gol. De Eto'o había dudas sobre su carácter; de Luque, sobre su progresividad; de Javi Moreno, sobre su adaptación al engranaje colectivo de un equipo, el Alavés, que añadía figuras al estilo inviolable de Mané. Las resolvió con goles. Los dos que obtuvo en la histórica final de la Copa de la UEFA, en Dortmund, ante el Liverpool, le pasearon por toda Europa. En cierto modo, el Liverpool fue como Simeón, el personaje que aparece en el momento oportuno y el lugar adecuado para triunfar. El Barcelona, el Valencia, el Aston Villa..., ya habían puesto sus ojos en él. Pero prefirió el Milan, que le paga más que nadie y apenas le discutió nada en el fichaje.Así que Javi Moreno seguirá sin jugar en su tierra, la Comunidad Valenciana, y paseará su figura de lobo solitario en el equipo del presidente de la República de Italia para convertirse en un futbolista admirado en España, pero disfrutado por el Calcio como un emigrante de lujo.
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