El Consell reduce su aportación para recuperar y promocionar el monasterio de La Valldigna
La consolidación de la bóveda de la Sala Capitular, paralizada durante dos años
Desde 1998, la ausencia de partidas significativas del presupuesto autonómico, han mermado e incluso paralizado ambiciosos programas de intervención arqueológicos y arquitectónicos en el recinto amurallado, declarado patrimonio histórico-artístico nacional en 1970 y propiedad de la Generalitat desde 1991. Entre ellos la consolidación de la bóveda de la Sala Capitular, cuya construcción inició Roderic de Borja siendo abad del monasterio. Su ejecución estaba prevista el pasado año, pero no fue posible y tampoco lo será este año. El Gobierno valenciano sólo ha destinado en 2001 una partida de 25 millones de pesetas para obras en el monasterio de Santa María de La Valldigna. Esta cantidad servirá para adecuar las oficinas de la sede de la Fundació Jaume II El Just, organismo gestor e impulsor de las acciones de divulgación del cenobio cisterciense. El proyecto incluye también obras menores, como la iluminación del interior del recinto monacal y la adecuación de un espacio, en la puerta de La Xara, como almacén arqueológico. La única obra significativa, que se iniciará en breve, es la consolidación de los muros del refectorio, con un coste de 44 millones de pesetas, y financiada por el Ministerio de Educación y Cultura.
La posibilidad de que el claustro gótico del monasterio, que fue desmontado en 1920 para ser reconstruido en el chalé del Canto del Pico ubicado en Torrelodones (Madrid), retorne a su enclave original en el Palacio del Abad continúa siendo cuestionada. El arquitecto Salvador Vila, representante de la dirección valenciana de Patrimonio en las gestiones para la recuperación del claustrillo, insiste en que las últimas conversaciones que ha mantenido con el Gobierno madrileño y el consistorio de Torrelodones son 'favorables' a que esta pieza regrese a la Valldigna. Según Vila, los propietarios, la empresa británica SHL, se están encontrando con dificultades para reconvertir el chalé del Canto del Pico en un hotel de lujo, ya que el edificio se encuentra enclavado en el parque regional protegido del Manzanares y este uso no está recogido en las normas que rigen el paraje. Vila asegura que el edificio se encuentra 'prácticamente en ruinas', por lo que la Generalitat se ha ofrecido a 'consolidar el conjunto del palacete y a colaborar con intercambios culturales' a cambio de poder recuperar la joya arquitectónica, la única del monasterio que se conserva en perfecto estado. El Consell mantiene también su propuesta de construir una réplica exacta del claustro para su sustitución en el chalé madrileño.
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