La trastienda de las cajas
En estos nuevos tiempos para la política española en los que el PSOE está demostrando un nuevo estilo de hacer oposición, constructivo, edificante y riguroso, en estos nuevos tiempos en los que los socialistas estamos empeñados en que la política recupere su prestigio cívico, cuesta trabajo creer lo que el Partido Popular es capaz de hacer en su empeño de monopolizar el poder, de monopolizar los poderes.
No hay necesidad de remontarse al mal estilo del entonces aspirante Aznar cuando arremetía contra todo lo que se movía en la última etapa del gobierno socialista. Ese mal estilo lo hemos vuelto a ver en el País Vasco, en cuyas últimas elecciones el PP ha vuelto a usar cuantos recursos mediáticos e institucionales han estado en su mano en una batalla electoral que ha abochornado a sus propios electores, y mucho nos tememos que Andalucía sea el nuevo escenario que el Partido Popular ha escogido para poner en practica su política de tierra quemada.
Sólo desde esta perspectiva se puede entender lo que ha venido sucediendo en los últimos meses en un asunto como el de las cajas de ahorros cuyo último episodio en torno al proyecto de fusión de El Monte y San Fernando causa estupor a cualquier analista medianamente riguroso. El Partido Popular, ayudado por la desleal actitud de dos presidentes empeñados en hacer suyo un poder que les ha sido delegado, y arropado por su clá mediática y económica, ha intentado tumbar a las instituciones andaluzas, ha intentado deslegitimar al gobierno de Manuel Chaves utilizando como ariete a las cajas de ahorros. A sabiendas de que conducía la fusión del Monte y San Fernando a un callejón sin salida, a un futuro de incertidumbre, y de judicialización, no ha dejado de animar a propios y ajenos al incumplimiento de la Ley, para lo cual no han dudado en desprestigiar al Parlamento de Andalucía, no han dudado en desprestigiar al Consejo Consultivo, no han dudado en poner en cuestión el papel de las instituciones políticas representadas en las cajas, intoxicando a la opinión publica con frívolas y disparatadas versiones sobre la 'politización' de las entidades financieras.
Tal vez en el fondo les moleste que exista un Parlamento en Andalucía con plenas facultades legislativas, tal vez en el fondo les moleste que los partidos políticos representen a los ciudadanos en los órganos de gobierno de las cajas, tal vez en el fondo consideran que el ahorro catalán o madrileño es más digno y más importante que el nuestro o simplemente persiguen boicotear los grandes proyectos estratégicos de Andalucía que hoy lidera el Partido Socialista.
Detrás de la estrategia del PP se esconde un profundo desprecio a la democracia y a la política, y sobre todo un profundo desprecio hacia esa mayoría silenciosa de ciudadanos y ciudadanas que tal vez no sean expertos en derecho mercantil, que seguramente no pueden diagnosticar si el órgano transitorio de la entidad resultante de la fusión propuesta no respeta las proporciones y grupos de la Ley, pero que sí necesitan saber que en Andalucía como en cualquier rincón del occidente democrático, las leyes están para ser respetadas y que, sólo desde el cumplimiento de la Ley, este o cualquier otro proyecto social o económico podrá prosperar.
Lo que está ocurriendo con las cajas es sin duda un anticipo de lo que nos espera en Andalucía. Juego sucio, crispación y ataques sin escrúpulos al legítimo gobierno de los andaluces es todo lo que esperamos de este Partido Popular empeñado en erosionar a cualquier precio al partido con el que hoy se identifican mayoritariamente los andaluces. En este contexto hay que enmarcar los furibundos ataques y escándalos con los que el Partido Popular va a intentar contaminar la vida política andaluza.
Lo que ocurrió el miércoles en la Caja de San Fernando no ha sido una victoria del PSOE, ha sido una victoria del Estado de Derecho, y tendremos que emplearnos a fondo para que nuestra manera de hacer política, desde el diálogo, desde las prioridades de la gente, desde el respeto a las instituciones e incluso al adversario político, triunfe frente a la oposición negra y descarnada que sin duda va a seguir ejerciendo el Partido Popular.
María del Mar Moreno es vicesecretaria general del PSOE de Andalucía.
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