La cúpula ejecutiva del BSCH estudia el lunes una marca única para su red de oficinas
La entidad busca la mejor opción entre cinco posibles denominaciones
El fin de semana pasado hubo mucha actividad en el Banco Santander Central Hispano (BSCH), pero toda ella se realizó fuera de España. Altos ejecutivos del banco acudieron a Nueva York, donde tuvieron una reunión con expertos de una compañía de diseño de marcas y logotipos. Tras esta jornada, los ejecutivos volaron hasta Puerto Rico, donde se reunieron con Emilio Botín y Ángel Corcóstegui.
La cita en Puerto Rico tenía, teóricamente, la justificación de que el BSCH presentaba Universalia, un portal para profesores y alumnos de este país. El acto se produjo, pero además se aprovechó la presencia de estos altos ejecutivos para intentar suavizar las tensiones que vive la cúpula del BSCH.
El tema más caliente que tienen entre manos los máximos responsables es unir las redes de oficinas del Banco Santander y del BCH, como una válvula de escape para suavizar las tensiones de la organización.
Los ejecutivos procedentes de Nueva York presentaron una lista de posibles marcas comerciales, con logotipos y colores corporativos. Los nombres de estas marcas abarcan todas las combinaciones: BSCH, Santander Hispano, BSH, Santander y Santander Central. Las dos primeras son las que tienen más posibilidades de ser elegidas.
Banesto, presidido por Alfredo Sáenz, no será invitado a esta fusión porque se quiere mantener su valor de entidad independiente.
Tras las reuniones en Puerto Rico, Botín y Corcóstegui, que regresaron el martes pasado, han explicado a José María Amusátegui, copresidente de la entidad, y a Matías Rodríguez Inciarte sus conclusiones. Desde el miércoles las reuniones entre los cuatro directivos son constantes. El lunes próximo celebrarán el llamado G-4, donde se estudiará este asunto, con vistas a darle una solución definitiva. El cambio de marcas exigirá el nombramiento de un nuevo director general comercial y, posiblemente, otro responsable en el área de Medios y Costes.
El resultado de este proceso será un térmometro para comprobar cómo están las relaciones entre Botín y Corcóstegui. En los últimos días, los mensajes que trasmiten los ejecutivos del BSCH han cambiado radicalmente. Ahora se insiste en que el ambiente es más distendido, tras semanas de desencuentros.
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