Mendoza acusa al hospital de Alzira de supeditar la calidad a la rentabilidad

El hospital de la Ribera está poniendo al límite la calidad de la asistencia que presta al sobrecargar la actividad de sus servicios. Asi lo entiende el PSPV a partir de los datos que refleja el informe de gestión del único hospital de gestión privada y titularidad pública del Estado, que se encuentra en Alzira. De acuerdo con estos resultados, el índice de ocupación medio del centro durante su primer año fue del 81,8%, una cifra elevada para los socialistas, especialmente si se trata de la fase de rodaje. La diputada del PSPV María José Mendoza apuntó ayer que un índice superior al 80% 'pone en riesgo la calidad asietencial', un listón que el centro superó como media durante 1999 y que sobrepasó durante meses. En noviembre, por ejemplo, se alcanzó una ocupación del 102,4%, es decir, por encima de las posibilidades del centro. Otros meses se mantuvo por encima de la cifra recomendada del 80% como febrero (83%), junio (83,9%), octubre (84,6%) o diciembre (85,9%). Para Mendoza, cifras tan elevadas provocan que ante la eventualidad de una epidemia o unas condiciones excepcionales que se traduzcan en un aumento de necesidad de asistencia sanitaria en la zona, el hospital sea incapaz de atender a una demanda extraordinaria. La diputada socialista se refirió al caso inglés, donde tras exprimir al máximo los índices de ocupación, una epidemia de gripe provocó que los enfermos fueran tratados en los pasillos de los hospitales por falta de camas.

Para los socialistas estos índices se deben, en parte, a los servicios que está incorporando el hospital. El centro de la Ribera nació como hospital comarcal, pero 'con la connivencia de Sanidad' está desarrollando servicios que exceden esta naturaleza, con el fin de atraer pacientes de otras comarcas y cobrar a Sanidad por ellos. Es el caso de la radioterapia, la cirugía cardíaca o neurocirugía, que reciben pacientes derivados por Sanidad procedentes incluso de Dénia o la Vila Joiosa. Según el PSPV, en lugar de dirigir a los enfermos a centros públicos de referencia de Alicante, se envían a la Ribera para permitir a este centro unos ingresos extras, ya que el hospital de Alzira factura a Sanidad por los pacientes que atiende de fuera de su comarca. En otros servicios, como ginecología, absorben parturientas de comarcas cercanass que no ofrecen anestesia epidural, por donde encuentran una nueva vía de financiación extra. Así, se frena que se extienda una oferta similar en hospitales circundantes como los de Xàtiva o Gandia y, lo que no es menos grave para los socialistas, que se sature la actividad en Alzira al atraer pacientes de otras comarcas con fínes de rentabilidad económica, y no se garantice la calidad asistencial a los pacientes de la comarca.