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Los trajes del Renacimiento y el Barroco cobran vida gracias a los lienzos de maestros de la época

La muestra italiana 'La trama y el oro' reúne en Sevilla 16 reproducciones de vestidos

Margot Molina

'El proceso es muy lento e intervienen en cada traje una treintena de profesionales. Hemos investigado en archivos, en documentos de la época aparecen referencias a algunos de estos trajes, se han reproducido los diseños de los tejidos a partir de las pinturas y se han confeccionado de la forma más aproximada posible a cómo se hizo el original', comentó ayer Fausto Fornasari, comisario de La trama y el oro, que podrá verse en el salón del apeadero del Real Alcázar hasta el 19 de agosto.

King Studio, que realizó la primera muestra de este tipo en Mantua en 1994, presenta por primera vez en Sevilla la reproducción de un banquete donde todo aparece cómo si la fiesta estuviese a punto de comenzar, con la mesa puesta incluída. La muestra, que organiza el Ministerio de Bienes Culturales y Ambientales de Italia, ofrece 16 trajes y presenta, por primera vez, la reproducción de las muñecas que se usaron en el Renacimiento para difundir la moda.

'Hace tres años que venimos trabajando en un proyecto para explicar cómo en los siglos XVI y XVII se difundía la moda. Usaban una pequeña muñeca y la vestían con el traje requerido. Un mensajero la llevaba de una corte a otra, lo que hoy se hace a través de las fotografías de moda', explica el comisario.

'El método de la muñeca-modelo lo inventó una italiana, Isabella d'Este Gonzaga, marquesa de Mantua. Nosotros hemos reproducido el traje de una española Leonor de Toledo, la esposa del duque de Florencia. El vestido fue muy famoso en su época. Hemos encontrado legajos en los que se dice que fue el más complicado y costoso de confeccionar. Con este vestido llegó la influencia de la moda española a Italia', añade Fornasari.

El traje de Leonor de Toledo se ha reproduccido gracias a la pintura de Bronzino que está en la Galería de los Uffizi en Florencia. En la muestra pueden verse el modelo a tamaño real y la muñeca que, según los organizadores de la muestra, ha sido el mayor reto al que se han enfrentado. 'El tejido es un terciopelo de doble trama, es decir con dos alturas, y además está bordado con hilo de oro. La parte más complicada del proceso ha sido tejer el dibujo a un tamaño tan reducido', dice el comisario italiano. Un paseo por el salón del apeadero permite apreciar la evolución de la moda en el Renacimiento y el Barroco.

'A principios del siglo XVI el gusto italiano se difunde por toda Europa. Especialmente Isabella d'Este La marchesana, desde la corte de Mantua, es la que ejerce una mayor influencia'. Uno de sus famosos vestidos, con el que la retrató Giulio Romano en 1524, ha servido para recrear el modelo que puede verse en la exposición. El reto de la reconstrucción de estetraje, creado para dar relieve a las formas del cuerpo, ha sido desentrañar cómo se habían hecho los nudos entrelazados de la tela. El retrato pintado por Rafael de Eleonora Gonzaga, la hija de la Marchesana, ha resuelto el problema porque el nudo se reproduce en la diadema de la joven. Según la investigación realizada por los historiadores del King Studio, el nudo lo creó Nicoló de Correggio y lo realizó después Leonardo da Vinci durante el corto periodo que trabajó en la corte de Mantua.

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La trama y el oro, que se ha visto también en el palacio Pedrables de Barcelona y en el Museo Cerralbo de Madrid, incluye la reproducción de los trajes que vestían los protagonistas del lienzo Boda entre Vincenzo Gonzaga y Eleonora de Medici, de Jacopo de Empoli. Los maniquíes copian las posturas de los contrayentes en el cuadro.

Tras el predominio italiano en la moda, en la segunda mitad del siglo XVI le tocó el turno a España, gracias al renombrado traje de Leonor de Toledo, y con el cambio de siglo fue Francia la que impuso su gusto. Cada traje, en cuya reproducción un equipo de treinta profesionales emplea desde 2 a 4 años, ha costado unos ocho millones pesetas. 'El oro es imprescindible en todos los diseños. No se concebía el traje de un gobernante sin bordados de oro, era su uso lo que le otorgaba la categoría necesaria para la función que ejercía: la representación del poder', concluye el comisario Fausto Fornasari.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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