Blair anuncia 20 proyectos de ley para mejorar los servicios públicos británicos

Antes, Tony Blair brindó un caluroso tributo al líder de la oposición, William Hague, cuya posición al frente del Partido Conservador se aproxima a su fin. Celebró la 'elocuencia e ingenio' de la oratoria del político caído por el peso de la derrota electoral, además de su probada capacidad de resistencia, y lanzó simultáneamente unas cuantas pullas contra los candidatos a sucederle en las elecciones primarias, cuyo resultado no se espera hasta el verano.

Pero el primer ministro tenía fija ayer la mirada en el contrato adquirido, por segunda vez desde 1997, con el electorado británico. Ignoró las críticas de sus rivales sobre las consecuencias de la fuerte caída en la participación electoral que dañan, al menos moralmente, el mandato del segundo Gobierno laborista. 'El 75% del electorado no votó al Gobierno electo, lo cual acarrea un problema no sólo para el Gobierno, sino también para el Parlamento', recordó Charles Kennedy, líder del Partido Liberal Demócrata.

Hague siguió un sendero similar y, en su respuesta a Blair, echó en falta el traslado de las prometidas reformas laboristas a la actividad parlamentaria. Relacionando la apatía del electorado con un extendido sentimiento de desconexión con las instituciones gubernamentales, a nivel británico y europeo, el líder tory urgió al primer ministro a reconsiderar el calendario legislativo para que 'la reforma parlamentaria se sitúe en el centro de la vida nacional'.

Escuelas y hospitales

La enumeración de los 20 proyectos de ley contiene pocos detalles de contenido. 'Descentralización, diversificación y altos niveles de calidad, dando prioridad a escuelas y hospitales, son nuestros objetivos para el segundo mandato', dijo Blair en su intervención parlamentaria. La descentralización afectará a la sanidad con la promesa de ceder el control del 75% del presupuesto anual al equivalente británico de los ambulatorios españoles.

El papel que tomará la iniciativa privada en la gestión de los servicios sanitarios y clínicos, esbozado en el manifiesto electoral, no llega a concretarse en el programa legislativo ni fue clarificado ayer por Blair. La diversificación, polémica incluso antes de su puesta en marcha, llevará a la desregulación del sistema educativo estatal con la creación de escuelas especializadas patrocinadas por organizaciones privadas, religiosas y caritativas.

Igualmente controvertida es la propuesta de abolir el llamado doble riesgo, la práctica común que impide el procesamiento criminal una vez adquirida la inocencia ante un tribunal. El texto legislativo acepta la convocatoria de un segundo juicio en casos de asesinato siempre que se presenten nuevas pruebas convincentes.

La discutida modalidad de la caza del zorro con perros volverá al Parlamento con la intención de legislarla sin más demoras. El Gobierno se compromete también a concluir la reforma de la Cámara de los Lores, con la sustitución definitiva de los escaños hereditarios y la elección democrática de un limitado número de representantes. En cambio, deja en suspenso la anticipada prohibición de la publicidad del tabaco y la fecha del referendo sobre el ingreso de la libra en el euro.