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Reportaje:

Se alquila obra de arte a buen precio

Una empresa montada por dos holandeses arrienda cuadros a oficinas para mejorar el ambiente entre los empleados

Evidentemente, no todo el mundo se puede comprar un cuadro de Picasso, ni siquiera una obra de un artista que, aunque desconocido, cotice muy alto en el mercado artístico. Pero a mucha gente le gusta el arte o, por lo menos, le gusta tener un cuadro bonito colgado de las paredes de su casa o de su lugar de trabajo. Esfera del Arte es una empresa madrileña que se dedica, desde 1994, a alquilar obras de arte para empresas. Así, el que no quiera desembolsar una gran cantidad de dinero por tener un cuadro caro colgado de su despacho puede acceder, desde 4.000 hasta 8.000 pesetas al mes, a tener una bonita vista y, de paso, a alegrar el aspecto gris de las paredes de una oficina.

El negocio del alquiler de obras de arte arrancó en Estados Unidos a finales de los años cincuenta, cuando el Museum of Modern Art (MOMA) de Nueva York comenzó a alquilar parte del fondo que no podía exponer por falta de espacio a empresas y particulares, algo que también se hace en muchos museos de países europeos, como en los de Holanda, pero que todavía no se ha implantado en España.

'Nuestro trabajo consiste en decorar las empresas con obras de arte de cierta calidad, pero sin que el cliente tenga que comprar los cuadros', explica Viveca Bacharach, directora de Esfera del Arte. Viveca es el 50% de la empresa. La otra parte es Hans R. Hoetink, director de arte de la compañía y socio fundador. De momento, ellos dos se bastan para llevar todo el negocio, situado en el centro de Madrid.

Ellos mandan la publicidad a las empresas, contactan con los ejecutivos, les llevan en un camión los cuadros entre los que los clientes tienen que elegir el que les gustaría alquilar y, de vez en cuando, se pasan por las oficinas para comprobar que la decoración sigue estando a su gusto. 'Somos una empresa comercial como otra cualquiera, pero con la diferencia de que tenemos un lado intelectual y artista. Eso nos lleva a ofrecer a nuestros clientes un servicio muy meticuloso', afirman los responsables de Esfera del Arte.

Aunque Hans y Viveca son holandeses, llevan muchos años viviendo y trabajando en Madrid, y sus clientes son madrileños. 'La gente que se interesa por el arte, normalmente, no tiene tiempo para dedicarse a ello, así que nosotros hacemos esa labor en un mundo que es bastante inaccesible y oscuro para el que no lo conozca', explican. 'Al principio, cuando les contábamos a los ejecutivos de las empresas a qué nos dedicamos, se reían de nosotros, pero poco a poco se han ido interesando por lo que hacemos', añaden.

Además, estos empresarios se encontraron con otro problema en los inicios de su negocio: la gente no se fiaba de lo que les proponían. 'Los españoles siguen teniendo la idea de que tienen que ser propietarios de las cosas, que tienen que comprarlas obligatoriamente. Por eso cuesta convencerles de que también pueden alquilar los cuadros y que no les vamos a obligar a adquirirlos', asegura Viveca.

Aunque, si el cuadro que ha alquilado le ha gustado mucho, el cliente tiene la opción de comprarlo y quedárselo. También se le da otra posibilidad: alquilar otra obra distinta a Esfera del Arte si lo que le apetece es cambiar de nuevo la decoración de la oficina. 'Lo importante es que los empresarios se den cuenta de que la empresa puede ser un lugar lúdico, divertido, que tiene que haber calidad en el ambiente laboral y que la gente trabaja mejor si la decoración es agradable', apunta Hans. Sus clientes, desde cadenas de televisión y productoras de cine hasta bancos y despachos de abogados, acuden a ellos para que, además de alquilarles los cuadros, les ayuden a elegir cuál es el mejor sitio para ubicarlos.

'Cuando nos instalamos en el edificio, el ambiente era muy triste y gris. Así que decidimos darle otro aire y ahora la gente está encantada con el cambio, se siente mucho más cómoda', relata Joaquín Carrasco, director de Bety Bite, una joven empresa ubicada en Madrid que se dedica a diseñar juegos de Internet. En las paredes de esta oficina cuelgan cuadros de colores suaves, elegidos después de varias reuniones con los responsables de Esfera del Arte. 'Lo que les decimos a nuestros clientes es que, si en la oficina no pones color y personalidad, al final se nota mucho que es una oficina, y no un lugar especial, diferente', afirma Hans.

'Además, con esta decoración se da prestigio al lugar y parece que la gente es más culta y se interesa por las cosas del arte', señala. Sobre los gustos de la gente, Hans y Viveca lo tienen claro: 'La gente valora el arte como algo decorativo, siempre rehúye cualquier cuadro con contenido político o conflictivo. Quieren cosas alegres, serenas, con colorido'.

Artistas variados

Para crear esos ambientes especiales, Esfera del Arte cuenta con una serie de artistas españoles, aunque también hay argentinos e italianos, que pintan y les dejan los cuadros en depósito para que después Viveca y Hans los alquilen. 'Trabajamos con un grupo de pintores que no es fijo. Son artistas muy buenos y con experiencia. Han expuesto en galerías y sus cuadros están bastante cotizados en el mercado', subraya Viveca.

La oferta de cuadros de Esfera del Arte es muy variada. Entre sus pintores se encuentran jóvenes artistas como Pedro Castrortega, Joaquín Capa y Óscar Seco, que ven, gracias a esta iniciativa, cómo sus cuadros van más allá del público formado por el mercado institucional o las galerías de arte. 'De esta forma, estos artistas hacen llegar sus obras a mucha más gente. Las galerías siempre quieren la última producción del artista. Pero a lo mejor el pintor tiene en el taller cuadros de otras temporadas que, si no fuese por nosotros, seguramente ya no tendrían salida', apunta Hans.

Esfera del Arte no sólo se dedica al alquiler de cuadros en el ámbito empresarial. Hans y Viveca también han arrendado cuadros para la decoración de anuncios o de películas como, por ejemplo, La flor de mi secreto, de Pedro Almodóvar. Además, en Esfera del Arte tienen grabados y litografías de artistas como Tàpies o Eduardo Chillida, pero éstos, de momento, no se alquilan.

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