De cara a la galería
Pau jugó ayer más de cara a la galería que de manera práctica. Un ejemplo: en la última acción del partido no tuvo que subir el balón y buscar la falta. Le dio una oportunidad al Real Madrid de meterse en el partido con los dos tiros libres que después falló. No fue el jugador del primer partido. Metió canastas espectaculares, pero pocas canastas importantes.
En el último cuarto no participó casi nada, tan sólo un canasta en los minutos en los que se estaba decidiendo el partido. Se sintió más cómodo cuando los madridistas se pusieron en zona porque desequilibró al Real Madrid con dos canastas triples. Sin embargo, no se pegó dentro, y su pareja en defensa, Eric Struelens tuvo mucha mayor facilidad para anotar que en el primer partido de la final.
Pau tiene que darse cuenta de que el baloncesto es algo más que estadísticas, conseguir puntos, rebotes o tapones; también es importante bloquear, ganar la posición en el rebote. Trabajó bien en lo estadístico, pero no tan bien en el apartado no estadístico.
Siempre sale a jugar a tope, pero le falta la madurez mental para entender lo que se pide de él en cada partido. Fue muy significativa la regañina de Roberto Dueñas cuando finalizó el primer tiempo. Logró una canasta espectacular y la celebró como si fuera un gol. En el siguiente ataque se produjo una canasta fácil del Real Madrid. Ahí fue cuando Dueñas le dijo que piense y que no pierda la concentración en defensa. Eso es lo que tiene que mejorar.
Tiene una gran ventaja y es que cuenta con toda la confianza de Aíto García Reneses y de todo su cuerpo técnico, pero si no jugara en el Barcelona, ayer habría que haberle pedido más cosas. Si formara parte de un equipo más modesto, quizá no hubiera ganado el encuentro. Pero esa es la gran diferencia entre Pau y otros compañeros suyos de generación. Él está muy bien arropado por grandes jugadores. En otros casos los fallos no perdonan.
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