Marcha atrás en Tarragona
L
a multinacional Enron anunció su proyecto de instalar una central eléctrica de ciclo combinado de gas natural de 1.600 megavatios en la población tarraconense de Móra la Nova en marzo de 2000. En un principio, alcaldes e instituciones vieron con optimismo la inversión de la norteamericana de 100.000 millones de pesetas para la construcción de la planta a orillas del río Ebro.
No así los miembros de la Plataforma de Defensa del Patrimonio Natural de la Ribera d'Ebre que comenzaron a alertar sobre las consecuencias de la contaminación de una central de la magnitud que había previsto Enron, la mayor de toda España, en una zona eminentemente agrícola y de turismo rural. El proyecto, además, coincidió en el tiempo con el anuncio del Plan Hidrológico Nacional (PHN) por parte del Gobierno -que en la zona se entiende como un expolio- y con la presentación del Mapa Eólico de Cataluña por el Gobierno catalán en el que se determinaban grandes áreas forestales de Tarragona como aptas para acoger molinos de viento.
La plataforma inició su extensión población a población convocando asambleas. Finalmente pudo demostrar su fuerza en una manifestación que reunió a 25.000 personas en Móra la Nova el pasado febrero. Para entonces, el proyecto de la central ya había recibido el beneplácito del ayuntamiento y del departamento de Medio Ambiente de la Generalitat. Las plataformas consiguieron nuevamente, a finales de febrero, mostrar su oposición a Enron en la manifestación convocada en Barcelona contra el PHN y que reunió a más de 200.000 personas.
En esa fecha ya se conocía que la empresa norteamericana no iba a implantar en Móra la Nova la tecnología Sconox System, que sí tiene previsto aplicar en EE UU, y que permite la reducción de emisiones contaminantes a través de un catalizador. Así si en San Diego la contaminación por monóxido de carbono sería de dos partículas por millón (dos miligramos por metro cúbico), en Tarragona esta cantidad aumentaría hasta 20.
Los ayuntamientos de la Ribera d'Ebre comenzaron a posicionarse en contra del proyecto y demandaron a la Generalitat que suspendiera la tramitación del permiso hasta disponer de más estudios científicos. El Consejo Comarcal ratificó esa decisión. Finalmente, Medio Ambiente suspendió provisionalmente durante dos meses el proceso de otorgar la licencia.
La retirada final del proyecto se produjo en marzo por avatares políticos: una moción presentada por los socialistas contraria al PHN, a Enron y al Mapa Eólico tensó las relaciones entre CiU y PP (este último apoya a los nacionalistas en el hemiciclo catalán). CiU votó contra el PHN y el PP se lo hizo pagar votando a su vez contra Enron y contra el Mapa Eólico, dos proyectos que había apoyado CiU. Ese día Enron anunció su decisión de renunciar a ubicar la central en Móra la Nova.
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