El 58% de la potencia prevista por centrales de ciclo combinado se concentra en Cádiz

La comunidad andaluza se ha convertido en uno de los territorios más apetitosos para las industrias eléctricas, aunque no todas las provincias tienen la misma capacidad para atraer las inversiones del sector por las desiguales infraestructuras. De las solicitudes recibidas por la Administración central, 13 peticiones corresponden a empresas eléctricas que pretenden construir en Andalucía centrales de ciclos combinados por una potencia total de 7.490 megavatios y que ya han echado a rodar los procesos administrativos. Una querencia que el Gobierno andaluz considera excesiva y que observa con preocupación por la imposibilidad de planificar el mapa energético andaluz con criterios equilibrados si no obtiene la complicidad de la Administración estatal, competente para dar las autorizaciones.

'Lo lógico es plantear objetivos coherentes como la autosuficiencia energética, pero para eso no es necesario multiplicar por tres la potencia instalada', expone el director general de Industria, Energía y Minas, Jesús Nieto. A pesar de los incrementos de los últimos años, la comunidad todavía tiene que comprar alrededor del 30% de la energía que consume.

La Administración andaluza ve con buenos ojos las centrales térmicas de ciclo combinado, que contaminan menos que las convencionales al sustituir carbón o fuel-oil por gas natural, para equilibrar demanda y oferta energética, pero quiere racionalizar su instalación. 'Aunque el proceso sea más limpio, la propia acumulación de estas instalaciones no deja de significar un impacto en el entorno', dijo hace unas semanas el presidente andaluz, Manuel Chaves, antes de volver a pedir una moratoria en el proceso de construcción de centrales de ciclo combinado para ordenar y racionalizar su implantación. Ayer, en Cádiz, el portavoz socialista en el Congreso, Jesús Caldera, anunció que pedirán esta moratoria en la Cámara esta semana para 'lograr el equilibrio medioambiental', informa Fernando Pérez Monguió.

La liberalización del sector eléctrico está propiciando el desequilibrio territorial, que ahora mismo no puede mitigar la planificación pública. Las empresas buscan, en su lógica, los enclaves más rentables, como es el caso de Cádiz, que se ha convertido en un imán. De los 13 proyectos para Andalucía, siete aspiran a instalarse en Cádiz (el 58% de la potencia prevista) y, curiosamente, en Arcos de la Frontera coinciden tres iniciativas. Las restantes han elegido Huelva (tres), Málaga (dos) y Sevilla (una). Ni Córdoba ni Jaén ni Almería ni Granada entran en los planes privados de las industrias como lugares rentables, pero el gas natural es considerado por la Administración andaluza como un factor de vertebración territorial que contribuye al desarrollo económico. 'La ley del sector eléctrico implanta los criterios del libre mercado; el promotor tiene libertad para implantarse donde quiera', aclara Nieto. Esta concentración de iniciativas energéticas en Cádiz obedece a la confluencia de elementos que ayudan a abaratar la producción en térmicas que utilizan el ciclo combinado.

La provincia, donde se instalarían 4.320 megavatios de prosperar todas las peticiones ante la Administración central (la autonómica sólo puede decidir sobre proyectos con una potencia inferior a 50 megavatios), dispone de agua para refrigeración de las centrales (por ubicarse en la costa o cerca de pantanos), una infraestructura de alta capacidad para evacuar la electricidad producida y suministro de gas a través del primer tramo del gasoducto del Magreb, lo que reduce al mínimo las incidencias negativas por falta de suministro o pérdida de presión del gas. 'Aunque las centrales de ciclo combinado son las de mayor eficiencia, producen emisiones', indica.