La muerte del 'capitán Mod'

El alto el fuego decretado hace tres días por israelíes y palestinos, de acuerdo con el plan de pacificación de la CIA, no parece afectar a la guerra secreta en la que se encuentran sumergidos los dos beligerantes desde que se inició la Intifada. Su última víctima ha sido el teniente coronel Yehuda Edri, de 45 años, un miembro brillante de los servicios de espionaje del Ejército de Israel conocido como el capitán Mod, muerto a manos de un agente doble palestino.

'Por fin hemos acabado con el capitán Mod', exclamaban ayer, eufóricos, los habitantes del campo de refugiados de Beit Jibrin (1.727 residentes), en Belén, mientras celebraban la muerte del militar a manos de uno de sus vecinos, Hassan Abu Sharia, de 32 años, padre de tres hijos, dirigente de la milicia Tanzim, vinculada al partido Al Fatah.

Hassan trabajaba en un asilo para ancianos del asentamiento de Gilo, en Jerusalén, pero en realidad era un agente secreto al servicio de los dos bandos. Su pasado como combatiente en la primera Intifada le había otorgado un brillante currículo, que se vio enaltecido por tres años en las prisiones israelíes. Se supone que su paso por la cárcel le puso en contacto con los servicios secretos hebreos, quienes lo convirtieron en uno de los agentes del capitán Mod.

'Durante varios meses, de acuerdo con dirigentes de Al Fatah, Hassan pasó información real para ganarse la confianza del capitán Mod, con la esperanza de poder un día tenderle una trampa', aseguraba ayer un palestino en las calles polvorientas y estrechas de Beit Jibrin, mientras poco a poco la acción bélica de este hombre se convertía en una gesta heroica.

El día de la venganza fue el pasado jueves por la mañana. Hassan había llamado por teléfono a su contacto en los servicios israelíes para pedir una reunión urgente con el capitán Mod en la carretera de Hebrón a Jerusalén. Los dos llegaron puntualmente. El militar aparcó su coche en el arcén y esperó dentro. El confidente salió de un olivar, se acercó a la ventanilla del vehículo oficial y descargó su pistola.

'Hassan no pudo escapar. Él también murió tiroteado por uno de los escoltas del militar', asegura su hermano Mahmud, de 48 años, obrero de la construcción, convertido desde ayer en un miembro selecto de esta nueva aristocracia palestina, en la que el único requisito que se exige para su admisión es el de tener un pariente shahid; es decir, un mártir.

Ayer, día de duelo y euforia en el campo de Beit Jibrin, todos aseguraban que el capitán Mod -teniente coronel Yehuda Edri- había organizado al menos ocho de los 'asesinatos selectivos' de dirigentes de la Intifada. Se diría que esta guerra sucia, que se inició el pasado 8 de noviembre, está condenada a no tener fin.

La muerte del teniente coronel Edri ha llenado de inquietud a los servicios secretos israelíes. Han reconocido haber recibido un 'duro golpe'. Se ha abierto una investigación oficial para tratar de esclarecer lo que falló en la red de seguridad del militar.