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Reportaje:

Tradición oral impresa

Una alicantina recopila en un libro las canciones y los juegos populares que se han ido perdiendo con el paso del tiempo

El romancero, en muchas ocasiones, ha estado ligado al juego tradicional y de calle. Alicante no ha sido una excepción, y desde hace años canciones populares sirven para amenizar los juegos al aire libre de los niños de los barrios de Santa Cruz y Raval Roig cada tarde.

Sin embargo, cada día son menos los jóvenes que juegan en la calle y menos todavía los que recuerdan estas canciones que cantaban sus antepasados. En la ciudad de Alicante, los más mayores recuerdan los romances que se recitaban en la plaza del Mercado Central y en otras zonas del centro.

Ahora, años más tarde, María del Mar Duque Alemañ ha dedicado su tiempo libre, durante cinco años, a recorrer los barrios tradicionales de Alicante y sus partidas rurales de Santa Faz, El Palamó y La Cañada, hablando con la gente mayor y recordando su infancia.

El resultado ha sido el libro Juegos populares y literatura de tradición oral en Alicante que anoche presentó en el Centro Municipal de las Artes el concejal del Ayuntamiento José María Rodríguez Galant.

El trabajo, de más de 500 páginas y prologado por Lluís Xavier Flores Abat, recoge el testimonio de un centenar de personas (de entre 60 y 93 años de edad) que han aportado sus recuerdos de infancia. 'Sus opiniones también han sido contrastadas con testimonios de gente más joven, para conocer si estas tradiciones continúan vivas', explica María del Mar Duque.

La autora del libro ha transcrito estos romances y canciones populares, y algunos de ellos los ha recogido en una cinta magnetofónica que sirve de apoyo a la lectura y estudio de este trabajo. 'El niño en cierto modo ha perdido parte del saber de sus padres y de sus abuelos', lamenta la autora, 'están adaptados a las nuevas tecnologías, y aunque en el colegio hayan tratado de recuperar algunas de estas tradiciones, los niños en casa están enganchados a la game boy y los padres no tienen tiempo de jugar con ellos'. La cuestión es que los juegos tradicionales y las canciones se van perdiendo y la tradición oral queda en el olvido.

El libro, que ha editado la propia autora con sus recursos económicos, está divido en distintas partes en función del tipo de romances que recopila o de los juegos que analiza. Así, en el libro se puede seguir el rastro a las canciones de cuna, oraciones de antes de dormir, juegos para entretener, los primeros juegos de la infancia, los de comba, de corro, de filas, de cuerdas, de correr, de pillar, de habilidad, de batallas de fuerza, de entretenimiento, o de desplazamiento.

María del Mar Duque Alemañ considera que 'los saberes no están sólo en los libros, sino también en las personas', y por este motivo ha trabajado durante años en esta laboriosa labor de recapitulación de la tradición oral. Para este trabajo de investigación ha tenido que convencer a muchos informadores de la importancia que tienen las canciones.

'Algunos no querían que les grabara, y otros consideraban que como sólo recordaban fragmentos sueltos su testimonio no tenía valor, cuando sin embargo, cualquier aportación es valiosa', considera la autora, quien recuerda la anécdota de un informante que dedicaba sus canciones de amor a una amante que tenía en su juventud, y le 'pidió que guardara el secreto y le mantuviera en el anonimato para que no se enterara su mujer'.

María del Mar Duque Alemañ, que pertenece a L'Associació d'Estudis folclòrics Grup d'Alacant, explica que ha realizado este trabajo por entretenimiento, ya que su profesión es la informática, y hace años gracias a los trabajos de Menéndez Pidal, Manuel Luna o Diego Catalán se interesó por las tradiciones orales y el testimonio de las personas mayores.

El libro que ha elaborado María del Mar Duque ha servido para que la autora viva una nueva infancia. 'Me ha hecho vivir momentos entrañables y he llegado a sentir lo mismo que ellos'. Ahora, gracias a este trabajo, aquellos juegos y canciones, de tradición oral, ya no se las llevará el viento, ni quedarán el olvido, sino que estarán escritas y recogidas para generaciones futuras.

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