_
_
_
_
VISTO / OÍDO
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Bush y nosotros

La visita de Bush es fastidiosa: es hombre poco grato, y hay convocadas manifestaciones para decírselo. El estilo para rechazarlas desde la derecha es decir que son 'contra Estados Unidos'. No creo: me parecen a favor de EE UU, nación dominada por un mal presidente y por el grupo militar e industrial que le colocó: por poco les sale mal, a no ser por los meses de trabajo de votos en Florida. No creo que Estados Unidos (pueblo) tenga vocación imperial: aunque el sueño americano se haya convertido en pesadilla, su base es la independencia de un imperio y una adoración de la palabra 'libertad', de la que me permití escribir ayer con respeto. Aunque hay gente mala, como aquí. No hay que ser pesimista y creer que siempre ganan los malos: hay instantes históricos en que suben los buenos, y un permanente desgaste de la oposición de los buenos. No, no hay que tener el pesimismo de creer que los buenos que ganan se hagan malos. A veces lo son desde antes, pero fingieron.

Bush ha elegido bien el primer país para visitar Europa. En todos le aman gobiernos y estados; pero en éste, más. Es el gobernante característico del nuevo liberalismo, que también ha cambiado el sentido del viejo; y Aznar es uno de sus mejores discípulos. Incluso pienso, leyendo a Ana Botella, cuentista de viejos cuentos -como su marido-, que es un predecesor.

No sé cuánto habrá influido en el juicio liberador de Martínez su coincidencia con la visita de Bush. No sé qué hubiera pasado si viene aquí con la carga de su ejecución: probablemente, nada. El cumplimiento de la pena de muerte del bombardero de Oklahoma no parece lo mismo. Mató 180 personas y no ha tenido inconveniente en asumirlo y en aceptar la muerte. Sería una contradicción ideológica que no la aceptase. Y la vista retrospectiva del edificio coincide con la de las casas despanzurradas en Logroño, aunque no hubo muertes. A muchos les parece lo mismo la ejecución de un asesino que la de un inocente, y a mí (un degenerado) me parece igual el asesinato de un niño que el de un guardia civil. Se trata de que nosotros no matamos: hay fotos de americanos ante la prisión del crimen legal diciendo que no se hace en su nombre. Bush es el gobernador que ha firmado más muertes en EE UU. Aparte de los que resolvieron con guerras lo que se podía haber decidido con la paz.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_