Las razones del 'no'

La victoria de los partidario del no en el referéndum irlandés sobre el Tratado de Niza celebrado el jueves obedece tanto a la pésima campaña de los partidos parlamentarios que apoyaban el sí como a la habilidad del Sinn Fein, los Verdes y los pacifistas para combinar esta serie de razones:
- Economía. Pocos están convencidos de que el milagro económico de Irlanda -país al que dan el sobrenombre de tigre celta, en alusión a las naciones asiáticas de gran crecimiento económico-, proceda de los fondos de la Unión Europea, unos 22.000 millones de libras en 30 años. Creen más bien que el éxito se debe a su política de atracción de inversiones extranjeras.
- Ampliación de la UE. Nadie ha esgrimido argumentos en contra de la entrada de nuevos países en la UE, pero hay un hecho cierto: la ampliación de la UE hacia el Este significa el fin de los fondos estructurales. En el año 2006, Irlanda pasará de receptor a contribuyente.
- Defensa. La creación de una Fuerza de Reacción Rápida preocupa mucho a los irlandeses, orgullosos de su neutralidad. El Sinn Fein es el que más ha trabajado este temor: el Tratado de Niza equivale a participar en la OTAN.
- Pérdida de poder. Los partidarios del no explotaron con habilidad la llamada de atención de la Comisión Europea, que en marzo exigió a Irlanda cambios en unos presupuestos considerados expansivos. No se puede estar en la zona euro y llevar políticas contrarias a esa misma zona, argumentó el comisario español Pedro Solbes.
Los irlandeses percibieron la amonestación como una prueba de que la Comisión Europea está en manos de los países más poderosos, Alemania y Francia. En Niza se recoge la posibilidad de que en el año 2006 Irlanda, como otros países pequeños, pierda temporalmente su único comisario.
- Soberanía. La ministra de Cultura, Siloé de Valera, dijo días atrás: 'Irlanda está más cerca de Boston que de Berlín'. Estados Unidos es el primer inversor extranjero en la isla y receptor histórico de inmigrantes irlandeses. Al otro lado del Atlántico hay más personas con sangre irlandesa que en la propia Irlanda. La percepción de que el Tratado de Niza corta esos lazos ha encendido el nacionalismo.
- Aborto. La derecha católica ha manejado hábilmente una idea: la Carta Social europea supone una legalización camuflada del aborto (Irlanda se opuso a su aprobación en Niza el pasado diciembre) y exige un referéndum específico sobre la cuestión.
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