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Reportaje:

El FBI investiga sabotajes en Boeing

Aparecen cables cortados en aviones 737 a punto de ser entregados

Enric González

Alguien está saboteando los aviones de Boeing. La mayor empresa aeronáutica del mundo ha detectado averías, aparentemente provocadas, en 10 de sus aparatos, todos ellos B-737 ensamblados en la factoría de Renton (Washington). Boeing se ha apresurado a señalar que ninguno de los aviones ha entrado aún en funcionamiento y, por tanto, no existe peligro para los pasajeros. El Federal Bureau of Investigation (FBI) se ha hecho cargo del caso.

El primer incidente se produjo a principios del mes pasado. En una revisión rutinaria aparecieron cables cortados en un 737 listo para la entrega. El descubrimiento no despertó sospechas, porque, según Doug Webb, un portavoz de la compañía, 'esas cosas ocurren de vez en cuando'. La explicación ofrecida por Webb no resulta especialmente tranquilizadora para quienes tienden, erróneamente, a considerar los aviones como maquinarias de alta precisión: 'A veces alguien tira de un panel demasiado bruscamente y se sueltan algunos cables, otras veces el cable se quiebra por estar doblado, y en alguna ocasión se perforan agujeros en el lugar equivocado'. 'Esas cosas no son frecuentes, pero tampoco son inusuales', comentó, 'porque cada avión contiene varios kilómetros de cable'.

El buen funcionamiento de los aparatos se había comprobado al salir de la cadena de montaje
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Pero en los días siguientes hubo otro descubrimiento similar, y otro, y otro, hasta 10 en dos semanas. Y eso sí era inusual. Siempre había cables cortados, aunque en lugares distintos: en los sistemas de control de vuelo, en las partes móviles de las alas, en el timón. 'Se trataba de aviones cuyo buen funcionamiento había sido comprobado al salir de la cadena de montaje', por lo que Boeing concluyó que había un saboteador en la factoría. La compañía denunció los hechos ante la Administración Federal de Aviación, que a su vez traspasó el caso al FBI.

La presencia del FBI no ofrece, hoy en día, las garantías de antaño. La detección de espías en sus filas, los errores cometidos en el caso del atentado de Oklahoma City y la admisión pública de que la agencia sufre graves problemas de organización han deteriorado la imagen de la policía federal. Pero los agentes del FBI ya han aparecido por la factoría de Renton. Según Ray Lauer, portavoz del FBI en Seattle, 'aún no se ha iniciado una investigación formal, porque la hipótesis de una cadena de accidentes casuales no está descartada'.

Boeing preferiría, sin duda, el sabotaje al accidente, porque la ausencia de un culpable induciría a desconfiar profundamente del nivel de calidad de sus aviones. La dirección, por si acaso, ha ampliado el número de sus vigilantes privados. No se descarta, en principio, que el presunto saboteador sea un empleado que quiera dañar a la compañía por su decisión de desmantelar paulatinamente la histórica planta de Washington, en beneficio de otras fábricas en Illinois y Kansas y de sociedades subcontratadas. El Sindicato de Maquinistas se querelló el mes pasado contra Boeing por ese motivo.

La dirección se ha reunido con representantes del sindicato para pedirles colaboración. 'Son noticias espantosas', opinó la portavoz sindical Connie Kelliher. Añadió, sin embargo, que el sindicato se sentía ajeno al asunto: 'Cuando se subcontrata tanto como lo hace Boeing, los problemas pueden llegar desde cualquier parte del mundo'. 'La inmensa mayoría de nuestros empleados se sienten orgullosos de su trabajo y de la alta calidad de los productos que fabrican. Si se demuestra que el daño ha sido intencional, mucha gente se sentirá herida', declaró por su parte Sandy Angers, portavoz de Boeing.

La de Renton es aún una de las factorías más importantes de Boeing. Ocupa a 1.800 empleados y fabrica cada mes dos docenas de 737 y dos o tres 757. Los 737 son el producto más popular de Boeing, y 3.900 de ellos vuelan cada día por todo el mundo. En un mercado tan competitivo como el de las líneas aéreas, en que abundan las presiones políticas, los incentivos a terceros (también llamados sobornos) y el espionaje industrial, el detalle más nimio puede ser decisivo para que un pedido de miles de millones caiga en la cartera de una u otra compañía. La posibilidad de que un saboteador circule por Renton no es un detalle nimio: las acciones de Boeing bajaron ayer un 2% en la Bolsa de Nueva York.

Existe un antecedente de sabotajes a aviones en Estados Unidos. En 1994 se descubrió que alguien había averiado intencionadamente tres aviones de carga y tres de pasajeros, todos ellos B-747 pertenecientes a la compañía Tower Air. La firma quebró poco después y desapareció, por razones ajenas a los sabotajes.

Fabricación de aviones 737 en la planta de Boeing en Renton.
Fabricación de aviones 737 en la planta de Boeing en Renton.AP

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