Paramount pide 400 millones anuales por la gestión de Terra Mítica sin aportar capital

Eduardo Zaplana, presidente de la Generalitat, decidió levantar un vergel en medio de un desierto y asumió como un reto personal el impulso de Terra Mítica, su más querido proyecto emblemático. Pero la sociedad promotora del complejo de ocio, participada por la Generalitat en un 15%, arrastra como un lastre la dimensión política del proyecto.

Diez meses después de su apertura, los accionistas de Terra Mítica todavía intentan adivinar el coste real de la construcción del parque; la Agència Valenciana de Turisme multiplica su presupuesto para intentar tapar algunos agujeros pendientes en las inversiones iniciales; y el comisario europeo de la competencia estudia un posible trato de favor hacia la sociedad promotora de parte de la Generalitat.

La amplia presencia institucional en el consejo de administración y los compromisos públicos de buen número de poderosos accionistas privados se han traducido en una gestión escasamente profesional del parque hasta la fecha.

Paramount acude ahora al rescate con una propuesta que, dadas las circunstancias, será bendecida sin mayores problemas por el consejo de administración de Terra Mítica.

La multinacional exige un canon fijo de dos millones de dólares al año, cerca de 400 millones de pesetas, por asumir la gestión del complejo. A cambio, aportará su marca, su experiencia en el mercado del ocio y la promoción de sus productos de animación. El contrato del máximo responsable operativo del parque correrá a cargo de Paramount.

La multinacional ha previsto un horizonte de diez años para su aventura española. A todos los efectos, 2002 será el año cero de la participación de Paramount en Terra Mítica. Los resultados de 2002 se convertirán en la referencia para establecer futuras primas a la gestión. A partir de esa fecha, Paramount recibirá una participación en los posibles incrementos de los beneficios y la facturación o, si los resultados son inferiores a los registrados en 2002, dejará de percibir la parte proporcional correspondiente sobre el canon fijo de explotación.

El acuerdo debe revisarse en el plazo de tres años, de modo que si los beneficios crecen de acuerdo con las previsiones, el canon de gestión se reducirá paulatinamente.

El consejo de administración de Terra Mítica pretende reducir el canon de este año puesto que el acuerdo se debe firmar mediado el ejercicio. Pero Paramount sostiene que trabaja sobre el proyecto de explotación de Terra Mítica desde el pasado mes de noviembre y rechaza rebajar el coste del contrato.

Paramount exige, además, disfrutar de un derecho preferente sobre futuras ampliaciones de capital de la sociedad. El capital social de Terra Mítica se eleva a 25.000 millones de pesetas y Paramount opta a una presencia que oscila entre el 5 y 15% que sólo ejecutará cuando le parezca oportuno.

Las opciones de Paramount se ejercerán, en principio, a través de futuras ampliaciones de capital a las que renunciarán el resto de socios. La presencia de la Generalitat en el capital de Terra Mítica, que debía reducirse paulatinamente una vez inaugurado el parque, se prolongará en el tiempo mucho más allá de lo previsto inicialmente.

El acuerdo prevé que Paramount designe al máximo responsable del parque, quien reorganizará el equipo gestor a su medida. El futuro de Miguel Navarro, director general de Terra Mítica, depende del consejo de administración de la sociedad, que baraja encomendarle la promoción comercial del parque. Navarro fue jefe del gabinete de José Luis Olivas cuando el vicepresidente del Consell ocupaba la Consejería de Hacienda; fue director general de CACSA, la empresa pública que impulsa la Ciudad de las Artes y las Ciencias en Valencia, y asumió la dirección de Terra Mítica a propuesta de Zaplana.