Un hombre se entrega tras matar de ocho puñaladas a una joven en Tetuán
El presunto homicida se entregó a la policía semidesnudo mientras su víctima se desangraba
'Vino en calzoncillos diciendo que había matado a una chica por celos'. Los funcionarios de guardia en el parque de automoción del Cuerpo Nacional de Policía de la calle de Francos Rodríguez no salían de su asombro. Eran poco más de las ocho de la mañana y delante de ellos se encontraba un hombre con el torso desnudo y vestido de cintura hacia abajo sólo con un calzoncillo blanco. Algo nervioso y con evidentes muestras de haber bebido, fue introducido en el interior de la dependencia policial, donde continuó relatando a otros agentes lo ocurrido.
Según aseguró, se llamaba Adil L. y era de origen marroquí, pero vivía desde hace 15 años con su padre en Barcelona, donde trabajaba en una empresa de mantenimiento de Telefónica. Desde hacía varios días se hallaba en Madrid pasando unos días 'de movida' en casa de un amigo. La noche anterior estaba con éste en la discoteca Joy Eslava cuando conocieron a dos chicas de nacionalidad francesa y, como él, de origen marroquí que pasaban unos días de vacaciones en Madrid. Las dos parejas estuvieron tomando unas copas hasta las cuatro de la madrugada, hora en la que decidieron trasladarse a casa del amigo del homicida.
El hombre, que mostraba una erosión en la parte superior derecha del torso, al parecer producto de un arañazo, no recordaba bien lo ocurrido a continuación. Sólo decía que había apuñalado a la chica 'por celos' y que había salido a la calle en busca de una comisaría donde entregarse.
Mientras los policías comunicaban a sus superiores lo ocurrido, en la comisaría de Tetuán se recibía otra llamada telefónica. Se trataba del amigo de Adil, Orestes Ponce de León, que avisaba de que en su casa, situada en el cuarto piso de la calle de Hierbabuena, 35, del barrio de Tetuán, se había producido un crimen. Según aseguró a los agentes que llegaron a la casa, estaba en la terraza de su habitación con una amiga cuando empezaron a oír gritos desde la habitación que ocupaban Adil y Shiam. Al abrir la puerta se encontraron con que el chico no estaba y la muchacha agonizaba malherida en la cama.
Por la espalda Poco después llegó al lugar una UVI móvil del 061, cuyos facultativos intentaron reanimar durante media hora a la mujer. Pero no pudieron hacer nada. La muchacha mostraba ocho heridas de arma blanca. Dos de suma gravedad en el tórax, una de las cuales le había sido inferida por la espalda. Tras certificar la muerte de la mujer, los agentes avisaron a los funcionarios del Grupo VI de Homicidios. Estos se hicieron cargo del caso, que instruye el Juzgado número 16 de Madrid, e intervinieron, en un aparador situado a la entrada de la casa, un cuchillo ensangrentado de 20 centímetros de hoja.
Mientras Shiam Benaissa era trasladada al Instituto Anatómico Forense, donde hoy le será practicada la autopsia, Adil permanece en las dependencias policiales, a la espera de ser puesto a disposición judicial. Fuentes de la investigación señalaron que aún no se ha podido determinar el móvil del crimen, a pesar de que a los primeros policías les hablara de celos, lo que pudo tratarse de una justificación para no explicar las causas de su actuación.
Ayer por la mañana, sólo unas horas después de la muerte de la muchacha, Orestes y la amiga de Shiam abandonaban la casa para prestar declaración policial. 'Nos despertaron unos gritos, pero, cuando salimos a la puerta, ya estaba la policía', aseguró Ángel, el vecino del segundo. Según los vecinos, desde hacía un tiempo en el piso no se oían juergas, algo que ocurría habitualmente hace unos meses, cuando el apartamento estaba alquilado por unas bailarinas.
José Luis González, propietario del piso, afirmó: 'Se lo alquilé a Orestes hace unos cuatro meses por las quejas de los vecinos, y con él no he tenido ningún problema. Vivía con otro chico brasileño que trabaja de monitor en un gimnasio'.
Otros vecinos recordaban que el crimen se ha producido a escasos cien metros de la tienda de antigüedades donde Francisco Vélez de la Cruz, de 64 años, murió asesinado a puñaladas hace un mes y cuya muerte aún no ha sido esclarecida.
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