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Columna
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Tintín en Euskadi

Antonio Elorza

La batalla de Bergara ha ejercido efectos decisivos sobre la percepción de la kale borroka por parte del Gobierno vasco. Las solemnes declaraciones de su portavoz, Josu Jon Imaz, suponen un giro copernicano: aquellos que en Bergara el pasado domingo, como antes en otros lugares, crearon una noche de terror en el pueblo, no eran jóvenes románticos, ebrios de aventura y de fuego, sino que 'podrían' pertenecer a ETA. Sus investigaciones van por ese lado y como siempre sólo los aguafiestas de Erne y los partidos 'españolistas' ensombrecen tan agudas reflexiones.

Poco a poco, episodios como el mencionado, o las declaraciones de Anasagasti en México y de Arzalluz en este mismo diario, invitan a quienes estamos felizmente aquejados de 'fundamentalismo democrático' a preocuparnos cada vez más ante una marcha de las cosas que va apartándose de los buenos propósitos enunciados por Ibarretxe. Y a discrepar de quienes ahora arrojan un día tras otro la política seguida por el PSE de Nicolás Redondo al basurero de la historia. Para quien asuma el terrible riesgo de leer lo que se dice y ver lo que pasa resulta evidente que el PNV no enfila una ampliación del autogobierno, sino el camino de la independencia vaciando desde dentro las instituciones para quedarse en Europa, y que los objetivos de la auténtica cruzada, la nacionalista, son los mismos: periodistas y asociaciones pacifistas. Por encima de todo, el estatutismo ya no cabe en el PNV, sentencia Arzalluz.

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Para ello, los nacionalistas cuentan con un inesperado apoyo ajeno a su campo: la Ezker Batua de Javier Madrazo. Con su sonrisa de Buda feliz, Madrazo ha cumplido su objetivo: no sólo sobrevivir, sino ascender al Gobierno invirtiendo los términos de antaño, en calidad de compañero de viaje del PNV hegemónico. Es un político que no duda en refugiarse cuando es preciso en la mentira, no sólo en la manipulación. 'Somos oposición al PNV', me replicó con firmeza en un debate al iniciarse la campaña. Ya se vio entonces y ya se ha visto luego. El ex firmante de Lizarra no desarrolló en campaña proyecto social alguno para Euskadi: planteó desde el inicio de la campaña un 'órdago a Mayor'. Ataques constantes, en aplicación caricaturesca del viejo 'clase contra clase' para el frente antiterrorista. Acusaciones insistentes dirigidas al PSE por seguidismo. Y hacia el campo nacionalista, sólo la denuncia de la satanización de que supuestamente era objeto. Tintín estaba seguro de poseer la fórmula para resolver el problema vasco, luchaba contra los malandrines españolistas y, por encima de todo, servía a su señor. Hasta en el lema de la campaña, Un país para todos, reprodujo Madrazo la fórmula de los folletos de propaganda del PNV. Un anticipo de la recompensa fue el 3%, y ahora vendrá lo más sustancioso, la consejería social .

En un futuro próximo, la aportación de EB-IU para el proyecto soberanista puede revestir gran interés. La fórmula mágica de Madrazo para resolver el problema vasco funde el culto a San Vladimiro Lenin, con su consigna de autodeterminación sin atender a las circunstancias, con el exitoso antecedente del cantonalismo de 1873. Es el 'federalismo de libre adhesión': todas las comunidades autónomas ejercen la autodeterminación y se reúnen en una España republicana y federal. Así puede proclamar Madrazo que IU es contraria a la independencia vasca, cuando va a hacer todo lo posible para que la misma sea un hecho, ya que nadie con buen juicio puede pensar que los abertzales, una vez lograda la soberanía, acepten federación española alguna. La trampa, sin embargo, puede servir para que el PNV deje en manos de IU la iniciativa de la propuesta de autodeterminación, con lo cual ésta aparecería como un postulado democrático y no como una obsesión nacionalista. Fuera de Euskadi, la propuesta tendrá sin duda muchos seguidores, desde una amplia izquierda, leninista por ignorancia en este tema, hasta los equidistantes aquejados del síndrome de Estocolmo y quienes mantienen ante todo el fundamentalismo capitalista, esto es, hacer negocios pase lo que pase con aquel que detenta el poder. Lo malo es que este estilo se convierta en receta para que Llamazares intente la recuperación general de IU.

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