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Niños de educación especial y 'normalizada' comparten una jornada de convivencia en el polideportivo de Palomeras

Acicates tan sencillos como una carrera de relevos, un partido de fútbol con un balón enorme o un bocadillo en el merendero incitaron ayer a 35 niños a olvidar sus diferencias físicas y a pasar medio día juntos.

La reunión de los chavales de entre nueve y 14 años del centro de sordos Ponce de León y del colegio Meseta Orcasitas no fue casual, sino orquestada por el Ayuntamiento dentro de los VII Juegos de Convivencia. Más de un millar de alumnos de educación especial y normalizada han jugado a integrarse durante los últimos tres meses, por turnos. Jonás, Daniel y Alicia, de 13, 11 y 10 años, respectivamente, fueron de los que ayer cerraron el ciclo. Los tres son sordos, y, sin apenas ayuda de Cecilia, profesora de educación física de su colegio, explicaron que no habían tenido problemas para relacionarse con los otros chavales. 'Bastan las señas, la comunicación espontánea', comentó Cecilia, orgullosa de que los niños se dejen llevar por la naturalidad, en vez de por los 'prejuicios' de los adultos. 'El deporte sirve para concienciar a la sociedad y a los niños, que no están a la defensiva como los mayores', remachó.

El programa de convivencia consistió en juegos, un rato de trajín con beneficios psicomotores -que obligó a los chavales a rodar por el suelo, gatear y hacer equilibrios diversos- y una zambullida en las piscinas. El coordinador de los monitores, Isaac Arias, manifestó que el propósito es la integración mutua, 'que tanto los niños de educación especial como los normalizados se enteren de que pueden vivir juntos sin esfuerzo'. Y las pretensiones han cuajado siempre. Los niños se emparejan para jugar o se juntan en equipos. Por ejemplo, Jesús, de 13 años, y Jorge, de 12. Jesús estudia en el Ponce de León, aunque no padece dificultades auditivas, y Jorge, en el de Orcasitas. Ya se conocían de un encuentro anterior y sintonizaron a la perfección. De esta guisa, ayer, bosquejaban sus planes de futuro. 'De mayor voy a ser periodista y ya he salido una vez en la tele', destacaba Jesús, a lo que respondía Jorge: 'Pues a mí me gustaría ser vagabundo, pero con millones'.

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