Un maltratador evita la cárcel a cambio de asistir a un curso sobre la dignidad de la mujer
El titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Jaén, Ignacio Serrano Butragueño, ha conmutado la pena de seis fines de semana de arresto en prisión impuesta a un hombre que agredía a su esposa a cambio de que asista a un curso en el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) relacionado con la dignidad y los derechos de la mujer. La directora del IAM en Jaén, Natividad Redondo, ha valorado 'la buena voluntad y la sensibilidad' del juez, pero asegura que 'un curso nunca puede suplir a una pena'.
'Se tolerará que el acusado no ingrese en la cárcel si demuestra al juzgador haber comprendido que, en la sociedad española actual, afortunadamente, la mujer (su mujer) tiene la misma dignidad e idénticos derechos que el hombre (es decir, que él)', asegura el magistrado en la sentencia que condena a Antonio L. Q., de 40 años de edad, a seis fines de semana de arresto en prisión por una falta de lesiones contra su esposa.
Es la primera vez que en el Instituto Andaluz de la Mujer de Jaén se recibe un requerimiento judicial de esta naturaleza. Su directora, Natividad Redondo, se entrevistó el pasado jueves con el magistrado para exponerle que las competencias en materia de cursos las tiene la Consejería de Asuntos Sociales, a través de un programa de rehabilitación voluntaria para agresores. El magistrado estudia ahora remitir al condenado a otra institución de la Junta de Andalucía.
El juez, que justifica el programa formativo en la necesidad de que el hombre 'interiorice el valor de la dignidad de la mujer', ha rebajado la pena que pedía el fiscal para el acusado. De hecho, le ha absuelto del delito de malos tratos habituales por el que el fiscal solicitaba un año de prisión y la incomunicación y el alejamiento con la denunciante por dos años.
Problemas con la bebida
El hecho de que ambos cónyuges hayan reanudado su convivencia matrimonial tras su separación por mutuo acuerdo el año pasado y, sobre todo, el contexto en el que el juez sitúa la agresión -que achaca a los problemas con la bebida del hombre- ha llevado al juez de lo penal a dictar una sentencia con una clara vocación reinsertadora.
De hecho, al considerar que el alcoholismo es el causante de los problemas de convivencia, el juez exigió también al acusado que se apuntara en un centro de deshabituación de las bebidas alcohólicas, 'porque bebido lo único que aporta a su familia son disgustos', subraya en la sentencia. Este requerimiento ya ha sido cumplido.
Desde el Instituto Andaluz de la Mujer se ha valorado la 'buena voluntad y sensibilidad' del magistrado. Ahora bien, tras advertir de un 'cierto desconocimiento del procedimiento de coordinación de las instituciones', la directora del IAM en Jaén recuerda que el Plan para la Erradicación de la Violencia Doméstica del Gobierno andaluz ya contempla medidas de reeducación para maltratadores, 'pero siempre como complemento a las medidas penales, nunca como algo sustitutorio', recalca.
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