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Los niños de Badalona se ahogaron al liarse los mosquetones y la cuerda de seguridad

La juez ordena la reconstrucción del suceso

El accidente se produjo el lunes por la tarde, cuando seis escolares del colegio Badalonès atravesaban la balsa de Les Heures. Era el primer grupo de un total de 16 niños que optaron por realizar esa actividad. Los otros 10 esperaban su turno. La balsa era el último obstáculo importante, porque en el resto de la riera que cruzaron los escolares la profundidad del agua no supera el medio metro.

La balsa de Les Heures tiene una longitud de 30 metros y una profundidad que llega a los siete. Para atravesarla, los monitores ataron una cuerda a ras de agua de punta a punta de la balsa, sujeta a una roca en cada extremo. Sobre las cinco de la tarde, los seis niños ya estaban dentro del agua, separados por una distancia de dos metros. Cada uno llevaba un arnés que se sujetaba a la cuerda con un mosquetón de seguridad. Dentro de la balsa había dos monitores que no estaban atados a la cuerda. Uno era profesor de educación física del colegio Badalonès, cuyo hijo estaba dentro del agua. El maestro estaba entre el primero de los niños, Cristian Rodríguez, de 10 años, y el segundo, Alba Muñoz, de 9. El otro monitor estaba entre el quinto y el sexto niño.

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Al final del trayecto

Cuando Cristian, un hábil nadador, había cubierto ya unos 20 metros de la balsa, la cuerda cedió por causas desconocidas, justamente en el tramo que le separaba de Alba. Los dos se hundieron al instante por el peso de sus cuerpos y se juntaron dentro del agua. En el intento desesperado de salir a flote, los mosquetones se engancharon y los niños murieron ahogados. Emiliano Ramírez, abogado de los maestros, explicó ayer que el profesor de educación física intentó rescatarlos, llegando a poner en peligro su vida. El color verdoso del agua y el barro de la balsa dificultaron el intento. Cuando los bomberos rescataron los dos cadáveres, todavía estaban unidos por los mosquetones.

El resto de los niños no se hundieron y fueron rescatados por el monitor que había dentro del agua y por otros dos que seguían la actividad desde las rocas. Con ellos estaba también el dueño de la casa de colonias en la que se hospedaban los alumnos.

Fuentes policiales consideran que para atravesar la balsa no debía haberse utilizado la cuerda, sino hacerlo a nado y con chalecos salvavidas como medida de seguridad. Tampoco creen que esa actividad sea apropiada para niños de esas edades.

La defensa de los monitores recordó ayer que esa actividad se ha realizado varias veces en los últimos tres años. 'Desde el primer día se ha dicho que hubo negligencia, pero yo reclamo el derecho a pensar que fue un accidente fortuito', aseguró.

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