No es 'Berlusconia'
Silvio Berlusconi ganó convincentemente las elecciones legislativas del pasado día 13, pero su victoria no fue devastadora. El centro-izquierda que dirige Francesco Rutelli ha sobrevivido de tal suerte al golpe que en la segunda vuelta de las municipales se ha impuesto en Roma, Nápoles y Turín.
La batalla más significativa ha sido la de Roma, donde el todavía secretario general de los Demócratas de Izquierda, Walter Veltroni, ha ganado por más de cuatro puntos a un periodista, ex portavoz de Berlusconi, y sucede al propio Rutelli en la alcaldía. De igual forma, en Turín y Nápoles, El Olivo retenía el control municipal, con mayorías recortadas, pero que no dejan por ello de poner límites al avance del centro-derecha. En la capital piamontesa, la victoria es también notable, porque el candidato, Sergio Chiamparino, tuvo que sustituir al titular, muerto en plena campaña, lo que atestigua el poder de las siglas, más allá de cuestiones de puro personalismo, a las que Berlusconi no prestó, bien es verdad, tampoco demasiada atención, porque sus candidatos se distinguían más por la docilidad al padrone que por su renombre ciudadano. Turín es, de otro lado, la única ciudad importante del norte del país gobernada por El Olivo.
Esta segunda vuelta, con elecciones en 72 municipios y dos provincias, confirma en cualquier caso la estabilidad del voto italiano, con una notable igualdad entre la Casa de las Libertades de Berlusconi y El Olivo de Rutelli, que si dio claras mayorías al centro-derecha en la Cámara baja y el Senado se debió fundamentalmente a la composición de las alianzas preelectorales. Esta Italia de principios del siglo XXI ni teme perder a la Padania, tras el mal resultado de la Liga de Umberto Bossi, ni tiene por qué convertirse en una inédita Berlusconia.
