La estrategia del cigarrillo 'light'
Los oncólogos advierten que fumar pitillos suaves también perjudica gravemente la salud
A principios de los años sesenta un informe sanitario estadounidense confirmó que el tabaco afectaba gravemente a la salud. Fue un estudio de conclusiones demoledoras que estrechó los márgenes de la duda entre los fumadores y puso en guardia a las industrias tabacaleras: necesitaban un cambio de estrategia para contener la marea de desertores del cigarrillo que se avecinaba. Así nació el tabaco light, destinado a frenar la caída del consumo ofreciendo a los fumadores una alternativa menos dañina, aunque estudios posteriores han demostrado que no es suficiente con eso.
El mensaje de estas cajetillas iba directamente dirigido a los pulmones: menos nicotina, menos alquitrán, más salud. Los expertos en tabaquismo se han encargado de derrumbar esa ecuación y la Unión Europea da por zanjado el debate con una doble medida: en el futuro (2003) ninguna cajetilla podrá llevar impresos términos como light, suave o bajo en nicotina y alquitrán, pero la cantidad de estas dos sustancias se rebajará en todos los cigarrillos. Lo que no deja de ser una estrategia light en los dos sentidos: a favor del tabaco suave y floja para los que buscan más restricciones.
Hay dos razones por las que los oncólogos rechazan la benevolencia del tabaco suave. La primera es que la nicotina y el alquitrán no son las únicas sustancias perjudiciales que contiene el tabaco. Hay otras, igualmente dañinas, que se encuentran tanto en el tabaco suave, como en el de sabor intenso. El doctor José Luis González la Riva, miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Oncología Médica, sostiene: 'Hay algunos cánceres, como el de vejiga, el de páncreas, el de laringe y otros, que no se relacionan sólo con la nicotina o el alquitrán sino con otras sustancias del tabaco. Así pues, disminuir estas dos no aminora los riesgos'. A pesar de eso, considera una buena medida el que la UE haya decidido rebajar estas dos sustancias porque también son perniciosas. González la Riva explica que para desarrollar un cáncer no sólo cuenta la concentración del tabaco fumado, sino el tiempo de consumo acumulado.
La segunda razón es que el consumidor de light no fuma de la misma manera que el de tabaco normal. El presidente del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT), Joan Ramón Villalbí, explica que 'los que fuman light fuman más o fuman distinto: dan chupadas más intensas o maltratan la boquilla para que les llegue la cantidad de nicotina a la que están acostumbrados'.
Sin embargo, aunque el tabaco light se ha consolidado en el mercado europeo, España es una excepción: sólo supone el 17% del total de ventas de cigarrillos rubios. De los 3.385 millones de cajetillas vendidas el año pasado en España, sólo 586 millones eran de rubio light. Las ventas de tabaco negro siguen bajando: 1.040 millones de paquetes en 2000.
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