El gerente de la Agencia Antidroga dimite entre acusaciones de despidos ilegales
Tan sólo 72 horas antes de que su proyecto estrella, la narcosala instalada junto al poblado de Las Barranquillas, cumpla su primer año de funcionamiento, el gerente de la Agencia Antidroga, José Cabrera, presentó ayer su dimisión por 'razones personales'. Su cese no impedirá que tenga que comparecer en la Asamblea, a petición del PSOE, para aclarar irregularidades en la contratación de personal de la Agencia Antidroga, que han salido a la luz tras una sentencia del juzgado número 21 de lo Social de Madrid.
Dicho fallo considera probado que una trabajadora, Susana F. C., que realizaba tareas de administrativa en el organismo dirigido por Cabrera, cobraba mediante facturas falsas emitidas como pago por cursos de formación que nunca impartió e incluso por 'trabajos de tapicería', según recoge el fallo. La empleada, además, fue despedida cuando desveló la irregularidad de la situación. El despido ha sido anulado por los tribunales, al igual que otros cuatro de otras trabajadoras de la Agencia.
Cabrera, que achacó a un error informático la peculiar forma de contratación de la administrativa, negó que estas irregularidades sean la causa de su cese. Sí admitió, en una rueda de prensa ofrecida ayer, que en su decisión ha podido pesar su frontal oposición a la iniciativa, aprobada por el Gobierno central, de permitir a las comunidades autónomas la puesta en marcha de tratamientos con heroína para los toxicómanos que han fracasado en otros programas; una posibilidad que el gerente rechaza porque, dijo, no se basa en razones terapéuticas sino políticas.
En sus cuatro años al frente de la Agencia Antidroga, Cabrera ha estado varias veces en el ojo del huracán. No sólo por defender la apertura de la primera sala de venopunción de España, sino también porque otros de sus proyectos más audaces, los parches antidroga y el centro para cocainómanos, se han saldado con más estruendo mediático que éxito real.
