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Reportaje:

El 'martirio' de un cartógrafo

Fue despedido tras advertir de riesgos en la explotación de petróleo en Alaska

Enric González

Ian Thomas es un cartógrafo británico de 33 años que trabajaba para la División de Recursos Biológicos del Servicio Geológico de Estados Unidos. Ya no trabaja ahí, porque se equivocó gravemente con un mapa. No es que el mapa tuviera errores, más bien al contrario: era muy exacto. El problema fue de oportunidad. Thomas trazó la zona del Refugio Nacional para Especies Salvajes en el Ártico, el santuario animal más esplendoroso de Estados Unidos, donde se reproducen los caribús, y colocó el dibujo, como siempre, en la correspondiente página de Internet. La zona de reproducción resultó ser la llamada Área 1002, justo donde George W. Bush quiere extraer petróleo. Y la fecha en que apareció el mapa fue el 7 de marzo, justo cuando la secretaria de Interior, Gale Norton, recibía de forma ultrasecreta los planes presidenciales para perforar la reserva natural de Alaska.

Ian Thomas asegura que la zona de extracción ocupará el 8% de la reserva natural
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El presidente Bush suele presumir de haber hecho su fortuna con el petróleo. Eso no es muy exacto, ya que sus prospecciones solían resultar ruinosas, y el dinero acabó llegándole por otras dos vías: las conexiones familiares y la compraventa de equipos de béisbol. De una forma u otra, conoce el negocio. Y el jueves pasado, cuando presentó su plan energético, apeló a todo tipo de argumentos para justificar la ineludible necesidad de extraer petróleo de Alaska.

Agitó, por ejemplo, el espectro de Sadam Husein, el viejo enemigo de su padre: si las compañías petroleras reciben autorización para instalar sus torres en la reserva natural, producirán 600.000 barriles diarios, '¡justo lo que importamos de Irak!', durante los próximos 40 años. Pero sobre todo describió unas plataformas limpias, silenciosas, tan integradas en la naturaleza como las truchas o los castores. Ningún inconveniente para los caribús.

La fábula petrolero-ecológica de Bush prolongaba las descripciones minimalistas de Dick Cheney, su vicepresidente y autor del plan energético (y también ex ejecutivo del petróleo, más exitoso que su jefe), sobre cómo sería la instalación industrial para la extracción de crudo. 'Para dar una idea, ocupará sólo una quinta parte de la extensión de un aeropuerto como el Dulles', explicó. El aeropuerto internacional Dulles, de Washington, no es de los mayores de Estados Unidos. Escuchando a Cheney, uno se imaginaba un pequeño huertecito de petróleo.

Pero Thomas, el cartógrafo despedido, ha optado por no callarse. 'La zona de extracción tendrá una longitud de unos 160 kilómetros y una anchura de 56 kilómetros, y ocupará el 8% de la reserva natural, exactamente el paraje donde se reproducen los caribús y donde las crías pasan sus primeros años', dice.

Thomas ha abierto una página de Internet (www.maptricks.com), en la que cuenta su historia y las razones 'políticas' de su despido. En declaraciones a la agencia Reuters, el cartógrafo admitió ser 'un mártir involuntario'. 'Si me hubieran dado la oportunidad de retirar mi mapa y salvar mi empleo, lo habría hecho en cinco segundos', explicó. El mapa fue retirado, por supuesto, pero después de despedirle.Trudy Harlow, una portavoz del servicio cartográfico de Estados Unidos, reconoce que Thomas fue despedido a causa del mapa, pero puntualiza que éste estaba 'lleno de errores e imprecisiones'. 'Le habíamos advertido varias veces de que no colocara mapas en Internet sin que sus jefes los revisaran', añade, 'y el mapa del Área 1002 fue la gota que colmó el vaso'.

Ian Thomas ha encontrado un nuevo trabajo en Washington, en el departamento cartográfico de World Wildlife Fund. Pero su caso ha generado alarma. Empleados Públicos para la Responsabilidad Medioambiental, una organización que apoya a Thomas, considera que el despido del cartógrafo supone una amenaza para todos los científicos que trabajan actualmente para el Gobierno.

Ian Thomas muestra la zona donde están previstas las prospecciones petroliferas impulsadas por Bush.
Ian Thomas muestra la zona donde están previstas las prospecciones petroliferas impulsadas por Bush.REUTERS

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