ETA en la prensa europea
Recientemente escuché con enorme indignación en las noticias en alemán del canal Arte cómo la presentadora definía a ETA como 'organización clandestina' (Untergrundorganisation) y no como la banda terrorista, fascista y asesina que es, apoyada asimismo por una minoría llena de odio, brutal, fascista y retrógrada, en una región tan rica y aparentemente próspera como el País Vasco español.
Parece ser una tendencia en la prensa europea el omitir de forma deliberada y a veces escandalosa las palabras terrorismo, violencia o fascismo en las noticias relativas a ETA o a la situación en el País Vasco, ya que se califica a esta barbarie casi siempre como 'grupo separatista' (leer, por ejemplo, la 'prestigiosa' y 'objetiva' prensa británica, y también, naturalmente, la alemana, casi se me olvidaba...).
Como parece ser también una costumbre generalizada entre nuestros vecinos europeos el ignorar a nuestro país como democracia (¡tras casi 26 años, no es lamentable!), ya que las 'organizaciones clandestinas' solamente existen en los países sin libertades y con regímenes totalitarios, de los que no sólo España, sino muchos países europeos ahora tan ricos y boyantes, no se ha escapado en un pasado más o menos reciente.
Si este tratamiento intencionado o no de las noticias y ese uso de eufemismos tan sutiles obedece al peso cada vez menor de nuestro país en Europa, debido, en mi opinión, a una política exterior deficiente, a una diplomacia ineficaz y a la falta de un proyecto de Estado, como el caso del submarino nuclear británico, el fracaso del tratado sobre pesca con Marruecos y las malas relaciones con Alemania, y hasta ahora con Italia, parece que atestiguan. Una cosa sí veo con bastante claridad: todo esto perjudica más aún la imagen de nuestro país en el extranjero y de forma indirecta beneficia a los grupos terroristas.
Aunque parece que nadie quiera darse cuenta, desde fuera de España se ve todo de forma diferente. La falta de solidaridad y apoyo de nuestros vecinos franceses, británicos y alemanes no es más que el reflejo de esas delicadas relaciones, y esa indiferencia se muestra en la forma en que sus medios manejan la información.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.