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Argentina presiona a los sindicatos de Aerolíneas para firmar un acuerdo

La ministra argentina de Trabajo, Patricia Bullrich, realiza desesperados esfuerzos para sentar en la mesa de negociación a los dos sindicatos disidentes -técnicos de mantenimiento y azafatas- que rechazan de momento el principio de acuerdo al que ha llegado Aerolíneas Argentinas con los cinco sindicatos restantes.

En un último intento, el Gobierno propone el arbitraje de una autoridad neutral, probablemente la propia ministra, para que establezca en una decisión inapelable los puntos a discutir. La empresa acepta esta fórmula y pone sobre la mesa una rebaja salarial de entre el 6% y el 20%, según las categorías laborales, y más horas de trabajo. A cambio garantiza que no habrá despidos en los próximos dos años.

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'Está en juego el futuro de la empresa', dicen al unísono fuentes de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que controla el 85% de la compañía, y del Ejecutivo argentino.

Por su parte, los líderes de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA) y de la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA) ponen como condición previa para sentarse a negociar la reincorporación de 58 de trabajadores, que, según los sindicatos fueron despedidos, mientras que la empresa considera que simplemente no se les renovaron los contratos.

Los sindicatos APTA y AAA, que reúnen a unos 2.000 trabajadores de una plantilla actual de 6.760, están bajo una intensa presión de los otros cinco sindicatos (cerca de 5.000 trabajadores) que han aceptado negociar y que han firmado un preacuerdo con la empresa. La crisis no se desactivará si no hay un compromiso de todas las partes, incluidos los dos sindicatos disidentes.

La situación sigue siendo volátil, sobretodo desde el miércoles por la noche cuando expiró, sin acuerdo, el plazo de conciliación obligatoria decretado el 3 de mayo por la ministra Bullrich. Formalmente, la empresa tiene las manos libres para enviar nuevas cartas de despido, pero el Gobierno ha logrado un compromiso de cumplimiento incierto, según el cual ambas partes se abstendrán de adoptar medidas de fuerza.

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