Dos investigadores para el tercer milenio
A Emilio Gómez (Sevilla, 1968), la mayor alegría que le dieron de pequeño fue cuando le regalaron un microscopio. Entonces le gustaban 'las plantas y los bichos'. Pero de mayor quiso ser físico. 'Me di cuenta de que la física iba a permitirme comprender los fenómenos naturales y, quizá, predecir los que puedan producirse en el futuro'. Así que se entregó en cuerpo y alma al estudio y hoy, con tan sólo 32 años, sorprende a propios y extraños con sus inventos.
Gómez ha diseñado un sistema -basado en una idea original y en una vieja técnica militar de detección de armamento- que permite localizar 'muy precozmente' algunos tipos de cáncer, como el de mama o pulmón.
'De hecho', comenta, 'si el ojo humano, en su expresión más aguda, es capaz de distinguir 70 u 80 gamas de grises, con mi método podrían detectarse un número equivalente a uno dividido por 10 elevado a la 18ª potencia'. O sea, millones. El hospital Virgen del Rocío pondrá este método en marcha y la Junta, no sólo por este hallazgo, sino por los varios inventos que ya ha patentado le acaba de conceder el Primer Premio Andalucía de Jóvenes Investigadores Tercer Milenio.
Gómez, que sigue sorprendiendo a los radiólogos en los congresos internacionales a los que acude por sus aportaciones a la medicina, imparte docencia de Campos Electromagnéticos, Física y Laboratorios de Física y Óptica en la Escuela Superior de Ingenieros de la Universidad de Sevilla.
Ha tenido ofertas para irse a EE UU, pero prefiere seguir aquí. 'No me convence el tipo de vida anglosajón', precisa. Eso sí, es bético. Y está soltero. Su pasión es la física y la docencia. Aunque también saca tiempo para trabajar con enfermos de sida en una casa de acogida. 'Este trabajo forma parte de ese compromiso social que cualquier ser humano debe asumir'.
Junto a Emilio Gómez, el primer premio a jóvenes investigadores de Andalucía lo ha recibido Manuel J. Tena. Un cordobés de 31 años, licenciado en Medicina y también investigador 'de vocación' , señala, desde pequeño. A Tena, perdido estos días por el norte de España en un congreso sobre Endocrinología, la Junta le premia la investigación básica que está desarrollando en la Universidad de su ciudad natal en el campo de las hormonas y su funcionamiento. 'Lo que yo estudio son el control y procesos de reproducción de las células', explica. Sus hallazgos, por el momento sólo incipientes, podrían servir para tener, por ejemplo, un conocimiento más preciso sobre el órgano reproductor masculino.
A Tena (cómo a Gómez) le falta tiempo para la vida privada. 'El investigador no tiene horarios', afirma. Y sobre la situación de la ciencia en Andalucía ambos comporten la opinión de que 'está en marcha'. Para este joven cordobés, uno de los problemas que tienen las personas como él es que 'para obtener resultados necesitan recursos, y para que les den recursos han de ofrecer resultados. Y eso lleva tiempo'.
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