El PP restablecerá relaciones con el PNV pero rechaza el diálogo 'a la irlandesa' de Arzalluz

'El camino del cambio y de la libertad está en marcha y ya ha sido abierto', remachó Aznar ante el Comité Ejecutivo Nacional, la cúpula del PP, que se reunió ayer en Madrid para analizar durante apenas dos horas los resultados electorales del domingo en el País Vasco.

El secretario general del partido, Javier Arenas, aceptó que se había producido cierta decepción por no haber alcanzado las expectativas que se había fijado, pero prefirió resaltar que 'la alternativa del cambio ha empezado en el País Vasco y de ninguna forma ha terminado'.

La ejecutiva de los populares concluyó que su alternativa no se ha consolidado por el gran aumento de la participación, que rozó el 80%, y porque 'la velocidad del cambio es distinta en las grandes ciudades, donde se ha producido un triunfo claro de PP y PSE, que en los municipios de menos de 50.000 habitantes, donde sigue asentado el voto nacionalista', según Arenas.

El candidato a lehendakari Jaime Mayor, el ministro mejor valorado del Gobierno en los últimos cinco años y la apuesta más fuerte del PP en unas elecciones autonómicas, presentó ante la cúpula del partido un pormenorizado análisis de los resultados, pero sin ninguna autocrítica.

Arenas ratificó más tarde que ningún miembro de la dirección atribuyó la derrota electoral a posibles errores, ya que no era el momento de valorar el estilo, el tono y la contundencia de la oposición descarnada que han practicado los populares. Y se refugió en la excusa de que el fondo de la estrategia, es decir, los valores y principios del respeto a la democracia, no son una cuestión de modas 'ni se pueden cambiar todos los días'.

Mayor optó por buscar explicaciones sociológicas a lo ocurrido. El ex ministro del Interior se armó de una panoplia de cifras y estadísticas para intentar demostrar su teoría de que la imagen de aplastante victoria del PNV era en realidad un 'espejismo'.

Mayor quiso convencer a los miembros de la ejecutiva del PP de que en realidad el bloque nacionalista en conjunto, tanto en votos como en diputados, no obtuvo una gran ventaja sobre la suma de las formaciones constitucionalistas. Fuentes del PP se remontaban ayer a una fecha tan lejana como 1986 para subrayar que ese margen se ha acortado en este tiempo desde 40 puntos a sólo 10. El líder de los populares vascos destacó que jamás ningún partido de ámbito estatal había cosechado en unas elecciones en Euskadi los 323.000 votos que el domingo cosechó el PP.

Todos esos datos y algunos más, aliñados por los estrategas del partido y de La Moncloa, sirvieron a Mayor, Aznar y otros dirigentes del PP para concluir que hay que 'seguir remando' en esa buena dirección.

Mayor llegó a argumentar que el resultado es fruto del éxito de su candidatura, ya que por vez primera populares y socialistas han resultado 'demasiado creíbles como alternativa' al poder hasta ahora hegemónico del PNV en el País Vasco.

En su opinión, la posibilidad de una alternancia real ha provocado una reacción masiva y concentrada del voto nacionalista en favor del PNV. Así explicó el trasvase tan directo y abultado de papeletas de EH al PNV, que se estima en unas 80.000. Y también el fiasco del modelo alavés (la exportación a toda Euskadi del modelo de gobierno aplicado por el PP en el Ayuntamiento de Vitoria y la Diputación), precisamente la circunscripción donde mayor ha sido el hundimiento de EH en beneficio del PNV.

Iturgaiz amagó la dimisión

Arenas, al término de la ejecutiva, anunció que el Gobierno y el PP mantendrán a partir de ahora con el PNV y con el futuro lehendakari, Juan José Ibarretxe, un 'diálogo institucional, con base en la lealtad, pero por las instituciones y en las instituciones'. Un diálogo que limitó al ámbito parlamentario, tanto en la Cámara vasca como en el Congreso y el Senado, y que descartó si se pretende abrir una 'mesa a la irlandesa' con participación de EH, como ha propuesto el presidente del PNV, Xabier Arzalluz.

Mayor, por su parte, aprovechó para ratificar a Aznar y a la ejecutiva del PP que su futuro político estará ligado a Euskadi durante la próxima legislatura. Esta intervención le sirvió al presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, para levantarse y ofrecerle su puesto. Pero Aznar y Arenas le silenciaron con gestos y todos los componentes de la ejecutiva le respondieron con una emocionada andanada de aplausos que, al menos por el momento, disuadió a Iturgaiz de dimitir.