21 artistas exprimen su imaginación para la Bienal del Deporte

No se trata de dilucidar si el famoso regate de Romario cola de vaca debe formar parte de un catálogo artístico, por ejemplo, sino de reflexionar sobre un fenómeno 'social, cultural e incluso político, tan importante' que afecta a todos, señaló ayer Juan Luis Moraza. Él ha creado 'una encrucijada de ideas' que fusiona la música de Satie y la danza a propósito de una de las acepciones de la palabra griega gimnasia, es decir, desnudo.

Más humorística es la instalación de Campanilla. Al pedalear en una bicicleta estática se mueve un plumero que va limpiando un jarrón, mientras que un aparato casero de gimnasio permite hacer pesas levantando un carro de la compra.

Evocadoras, lúdicas, críticas, jocosas, esteticistas, reivindicativas..., las instalaciones sólo comparten la interdisciplinariedad y el deporte, además de la moqueta verde del campo de juego, el claustro, cuya vieja escultura del humanista Luis Vives parece dispuesta a chutar un globo terráqueo ahí colocado.'Se han seleccionado a 21 artistas de varios países y distintas edades, con una interesante trayectoria, para crear especialmente para este certamen una obra estimulante y reflexiva sobre el hecho deportivo', explicó Marta Moriarty, comisaria de la exposición, junto a Antonio Areán. Por primera vez, el certamen organizado por el Consejo Superior de Deportes no ha convocado un concurso para seleccionar obras. También es novedad que la Bida no se celebre en Madrid o Barcelona. La elección de la Universidad de Valencia responde al 500º aniversario de su fundación.

Los artistas que integran la exposición son, además de los ya mencionados, Ana Laura Aláez, Eugenio Ampudia, Roderick Buchanan, Ana Busto, Carmen Cámara, Yamandú Canosa, Circo Interior Bruto, Alez Codesal y Javier Francés, Darío Corbeira, Dora García, Juli Jara, Rogelio López, Mireya Masó, Pedro Mora, João Onofre, Domingo Sánchez, Salla Tykkä y Valcárcel Molian. La muestra se verá en Valencia hasta el 24 de junio para luego viajar por España.

La mayoría de los artistas confiesan no practicar ningún deporte, aunque hay quien ha estado entrenándose duramente ex profeso, como Ana Laura Aláez, que reproduce imágenes de ella misma realizando ejercicios de gimnasia rítmica. Otros han optado por el boxeo, deporte que ha despertado la imaginación de numerosos artistas. Ana Busto se fue a Cuba para fotografiar a púgiles, mientras Salla Tykkä enfrenta en el cuadrilátero a una adolescente con el torso desnudo contra un hombre en Sobre la fuerza y el control.

También adolescente es la protagonista de la instalación de Dora García, quien proyecta un vídeo sobre la relación de poder y sumisión entre una entrenadora y su pupila cuya respiración varía en función de las órdenes. La obra de Medina interpreta el silencio en una sala apenas iluminada donde se escucha el sonido de una partida de billar. Carmen Cámara reflexiona sobre la importancia de la publicidad en el deporte con carteles que recuerdan las películas de serie B.

Rogelio López compara imágenes reales de enfrentamientos ciudadanos con la policía y los militares con movimientos deportivos. Ampudia hace correr a dos frases en una reflexión sobre la velocidad en el arte. El fútbol está presente, pero no en demasía. El largo péndulo de Masó acaba en forma de balón del aquí llamado deporte rey.

La comisaria destaca la coincidencia de que cuatro de los artistas seleccionados participarán en la próxima Bienal de Venecia (la española Aláez, el escocés Buchanan, el portugués Onofre y la finesa Tykkä) y la organización de múltiples actividades, como conferencias y performances.