La oposición acusa de grave manipulación al Gobierno por retener el sondeo del CIS

¿Por qué?, ¿qué se ha tratado de ocultar?, ¿a quién se quería perjudicar o beneficiar?, se preguntaban ayer los partidos de la oposición. A la vista de los resultados, muy parecidos a los recogidos en otros estudios demoscópicos, no encontraron razones. Aun así, el portavoz socialista, Jesús Caldera, aseguró: 'Todo este asunto huele muy mal; aquí ha habido intereses ocultos' y pidió al Gobierno que 'depure responsabilidades'. Miembros del Ejecutivo dirigieron desde el anonimato sus miradas críticas hacia el presidente del CIS, Ricardo Montoro, hermano del ministro de Hacienda, y le atribuyeron la decisión política de no publicar el sondeo.

La encuesta del CIS estima que la coalición PNV-EA logrará 29 escaños, ahora ambos grupos suman 27; el PP obtendría 22, desde los 16 actuales; el PSE mantendría sus 14 diputados; EH lograría sólo ocho escaños, cuando ahora tiene 14; e Izquierda Unida mantendría sus dos diputados en el Parlamento de Vitoria. Es decir, una hipotética alianza PP-PSE sumaría 36 escaños, con una horquilla que llega hasta los 39 en la mejor de las hipótesis; mientras que si EH vota al lehendakari del PNV-EA, esas fuerzas sumarían 37 votos, con una horquilla que llega hasta los 40 escaños en la mejor de las proyecciones. La mayoría absoluta exige un mínimo de 38 escaños, por lo que tanto los nacionalistas como los constitucionalistas acarician esa mayoría absoluta, según el sondeo del CIS, y también ambas pueden quedar a sus puertas con una llave en manos de IU-EB.

Para el PNV y para IU esta estimación de voto está 'inflada' y 'manipulada'. Ambos grupos destacaron cómo desde una intención directa de voto de sólo el 6,2% para el PP se llega a una estimación de voto para ese partido del 24,7% y se concluye que será la segunda fuerza política. El propio CIS, en su encuesta advierte de que 'los indicadores de intención de voto (...) no suponen ni proporcionan ninguna proyección de hipotéticos resultados electorales'. Esos resultados se obtienen de 'aplicar un modelo de estimación'. Y 'obviamente, la aplicación a los mismos datos de otros modelos podría dar lugar a estimaciones diferentes'.

En todo caso, todas las fuentes consultadas en el Gobierno y el PP coinciden en que el retraso ha sido una 'equivocación y un error inexplicable' pero descartaron que haya existido intención manipuladora o 'malicia' por parte del Ejecutivo, pues los resultados del trabajo del CIS fueron muy similares a los de las otras empresas demoscópicas privadas publicados en distintos medios el pasado fin de semana.

IU denunció ayer que 'el Gobierno ha conculcado normas básicas de la Constitución, como el derecho a la información que consagra su artículo 20'. Por ello, la coalición que lidera Gaspar Llamazares difundió a primera hora de la mañana la encuesta que le remitió el Gobierno y, posteriormente, la colgaron de su página web. Con esa información, su página en Internet (izquierda-unida.org) recibió más de 8.000 visitas y llegó a colapsarse. Su media de visitas diaria es de unas 1.500.

El PSOE solicitó anoche a la Junta Electoral Central que abra una investigación y depure las responsabilidades que 'conforme a Derecho procedan'. Los socialistas pidieron la comparecencia del director del CIS, Ricardo Montoro, y la del ministro de la Presidencia, Juan José Lucas. El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, responsabilizó al Gobierno de la situación 'esperpéntica y surrealista' a que ha llevado el retraso en la publicación del sondeo.

En el Gobierno y en el PP se detectó malestar. Todas las culpas se dirigieron hacia Ricardo Montoro. El único que expresó ese malestar en público fue el vicepresidente primero, Mariano Rajoy, como siempre de manera indirecta: 'Lo ideal era que la encuesta del CIS se hubiera publicado en su momento, como suele ocurrir habitualmente, esa era la situación mejor. Yo no sé por qué eso no se ha producido. Me han dicho que ha sido por razones técnicas, pero hoy se ha entregado a los partidos en el Congreso de los Diputados, que a fin de cuentas son los representantes de la soberanía popular'.

Aunque nadie quiso concretar ayer quién tomó la decisión en el Gobierno de retrasar la presentación del sondeo sí se apuntó siempre hacia los responsables del CIS. Y se ofrecieron dos argumentos políticos: 'Que el centro no quería mediatizar a las demás casas demoscópicas publicando primero sus datos' y que tampoco se quería 'influir de ninguna forma en la campaña electoral'.

Pero ha influido hasta el punto de que la Junta Electoral Vasca calificó la recepción 'tardía' de la encuesta de 'anomalía gruesa', por lo que va a pedir al secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Jorge Fernández, que explique los motivos del retraso.